Los guerreros de Nueva Guinea utilizaban huesos de la pierna para combatir
Los guerreros de Nueva Guinea utilizaban huesos humanos, especialmente los de los muslos, como material para ser tallado en dagas. El estudio ha sido publicado por la revista Royal Society Open Science, y explica cómo estos huesos era el arma más extensa de la comunidad.
«Los hombres de Nueva Guinea hicieron dagas de huesos humanos», afirma el profesor Nathaniel Dominy, del Darmouth College, gracias a una colección de dagas alojadas en Estados Unidos. También, afirma, «ornamentaban sus armas con dibujos tradicionales«.
Aunque sí quedan algunos relatos sobre misioneros de finales del siglo XIX y principios del siglo XX sobre las dagas, hay una gran escasez de exámenes antropológicos sobre cómo se fabricaron y usaron, qué papel desempeñaron en las prácticas culturales y, lo más importantes, por qué algunos estaban hechos de huesos humanos.
Los guerreros guineanos luchaban en combates a corta distancia, tratando de matar a su objetivo rápidamente con una puñalada en el cuello, normalmente en una arteria, seguido de un giro para arrancarle la garganta y, si podía, romperle el cuello. Para ello, las dagas debían ser fuertes y resistentes, de ahí una de las razones por la que los huesos eran vistos como un material fundamental.
El equipo de investigadores tomó tomografías computarizadas de cinco dagas de hueso humano y las comparó con otras cinco dagas hechas de hueso de causario, un tipo de ave que también utilizaban como material. Analizaron su densidad y descubrieron que las dagas de hueso humano podían soportar el doble de fuerza que las de hueso de ave.
Tanto los fémures humanos como los de causario mostraron el mismo tipo de rigidez tisular, por lo que la ventaja del hueso humano se reducía a la geometría anatómica, según los expertos. De hecho, afirman que probablemente hicieron dagas de causario para asegurarse de que las dagas de hueso humanas, que eran más raras, mantuvieran un valor mayor y una influencia social superior.
Además de las diferencias fisiológicas, los investigadores también desenterraron algunos motivos culturales: los guerreros guineanos fabricaban las armas de los huesos de sus antepasados o de respetados miembros de la comunidad, creyendo que les infundiría la fortaleza y beneficios espirituales a la persona que la empuñaba.