Los cerebros de las mujeres transgénero difieren de los cis en un área relacionada con la autopercepción
Un estudio publicado en Scientific Reports presenta evidencias de que las mujeres transgénero -individuos asignados al sexo masculino al nacer que experimentan una disforia de género y se identifican como mujeres- tienen un volumen diferente de células cerebrales en un área de la corteza que controla la autoconciencia, la imagen corporal y la emoción.
Para su investigación, expertos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Saõ Paulo utilizaron imágenes de resonancia magnética avanzada para cuantificar la cantidad y distribución de materia gris en 20 hombres cisgénero, 20 mujeres cisgénero, 20 mujeres transgénero que nunca habían tomado terapia hormonal, y 20 mujeres transgénero que habían tomado al menos un año de terapia hormonal.
Después de analizar el cerebro de cada participante, el equipo encontró que ambos grupos de mujeres transgénero mostraron un menor volumen de materia gris en los lóbulos insulares (hay uno en cada hemisferio) en comparación con las mujeres cisgénero. Aunque los datos son tentativos, estudios previos han indicado que las personas con disforia de género muestran una conectividad irregular entre las neuronas insulares y el resto del cerebro.
«Estas alteraciones podrían estar relacionadas con la red neuronal de percepción corporal y pueden reflejar la angustia que acompaña a la disforia de género«, escriben los autores.
La única diferencia entre las mujeres tratadas y las que no es que las primeras tenían un volumen inferior en el hemisferio izquierdo en comparación con los hombres cisgénero. Los autores no pueden explicar el porqué.
Dejando de lado este rompecabezas, los hallazgos respaldan la teoría de que la formación de estructuras cerebrales durante el desarrollo temprano del feto puede afectar la identidad sexual de la persona, independientemente de las características anatómicas. Y aunque estudios previos con resonancia magnética han encontrado diferencias contrastantes específicamente en los lóbulos insulares de las personas transgénero en relación con las personas cisgénero, la variación en las áreas relacionadas con la percepción del cuerpo parece ser un patrón.
«Se están acumulando evidencias de que no es simplemente una cuestión ideológica«, afirma la autora principal, Carmita Abdo. Sin embargo, a pesar de las diferencias establecidas entre los cerebros de los hombres y mujeres, los expertos hacen hincapié en que los patrones cerebrales de las personas transgénero «no hace que tengan características cerebrales femeninas».
Según otro investigador, Giancarlo Spizzirri, la identidad transexual «no existe un cerebro típicamente femenino o masculino. Hay ligeras diferencias estructurales, que son mucho más sutiles que la diferencia en los genitales. Las estructuras cerebrales varían mucho entre las personas».
A continuación, el grupo espera examinar los escáneres cerebrales de niños con disforia de género con el fin de determinar cómo se pueden detectar las diferencias tempranas.