Descubren una nueva estructura cerebral
Un grupo de científicos ha descubierto, según publica la revista eLife, una evidencia de que nuestros cerebros pueden drenar los desechos, un descubrimiento sorprendente que se ha eludido durante dos siglos. Según el equipo, los vasos linfáticos del cerebro son los capaces de este hecho, una función que los investigadores no estaban del todo seguros que se pudiera hacer.
Esta idea fue postulada por primera vez el año 1816 por el anatomista italiano Paolo Mascagni, que afirmó haber visto disecados los vasos linfáticos en varios cadáveres. Sin embargo, nadie desde entonces ha podido volver a verlos.
En este experimento, un equipo dirigido por el doctor Daniel Reich, del Instituto Nacional Estadounidense de Salud, utilizó una resonancia magnética (MRI) para escanear los cerebros de cinco personas sanas. Estas recibieron un tinte magnético llamado gadobutrol, que está hecho de moléculas que son demasiado grandes para entrar en el cerebro, pero suficientemente pequeñas para salir en los vasos sanguíneos en la duramadre, la capa exterior del cuero del cerebro.
Gracias a los escáneres MRI, el equipo vio que el colorante había escapado de los vasos sanguíneos gracias a la duramadre, y entró en los vasos linfáticos, saliendo iluminados en los escáneres realizados. Para confirmar la teoría, utilizaron un segundo colorante con moléculas más grandes que no podían salir de los vasos sanguíneos, y encontraron que los vasos linfáticos no se iluminaban de la misma manera.
«Estamos sorprendidos», afirma el doctor Daniel Reich. «Durante años, en las escuelas de medicina hemos aprendido que los cerebros n tienen sistema linfático. Ahora podemos ver que, como en otros órganos, el líquido cerebral puede drenarse a través del sistema linfático».
Los vasos linfáticos transporten las células inmunes y los residuos alrededor del cuerpo. Los vasos sanguíneos entregan los glóbulos blancos a los órganos, y el sistema linfático los elimina y los recircula. Por lo tanto, este descubrimiento sugiere que el cerebro tiene una especie de sistema de drenaje para eliminar los desechos. Ahora, el equipo espera averiguar si el sistema funciona de manera diferente en pacientes con esclerosis múltiple u otro trastornos neuroinflamatorios.