Una artista transforma viejos pinceles en bellos retratos
Más de 15 años ha necesitado Rebeca Szeto en dominar el arte de crear bellos retratos con pinceles antiguos. Y es que la artista estadounidense lleva desde 1999 trabajando en sus Paintbrush Portraits, una serie continua de figuras creadas a partir de, como decimos, viejos pinceles.
Sus inicios no fueron fáciles: trabajaba como pintora de acabados falsos -pinturas que intentaban imitar materiales como mármol, madera o piedra-, dando a los nuevos edificios una apariencia más vieja. Ahora, su trabajo es precisamente todo lo contrario: ayuda dar un nuevo aspecto a aquello viejo, ya inútil: los pinceles que han sido tirados.
«Veía como se desechaban montones de materiales», afirma. Entonces, llegó la inspiración: «encontré un pincel que tenía una pequeña mancha de pintura roja y me recordó al retrato de la infanta Margarita de Austria, de Velázquez». Dicho cuadro, del 1654, fue el ‘click’ que hizo de Rebecca la artista que es hoy en día.
En la imagen superior podemos comprobar el pincel que inspiró a Rebecca Szeto. «Había algo feo y tempestuoso en este pincel que me recordó al retrato de Velázquez». La autora explica que «la brocha es autorreferencial, actúa como sujeto y a la vez como objeto; se refiere a la historia de la pintura, usando su propia herramienta».