Crecer sin hermanos puede afectar el desarrollo del cerebro
Un estudio realizado en China afirma que crecer sin hermanos puede resultar en una estructura cerebral diferente a largo plazo: encontraron que tendían a ser menos sociables pero más creativos.
Estudios anteriores se han centrado en la diferencia de comportamientos, la función cognitiva y los rasgos de personalidad entre los niños que crecen solos y los que lo hacen con hermanos. Después de todo, es lógico que los que no tienen hermanos no tienen que compartir la atención de sus padres, y por lo tanto es más posible que tengan más estímulos, pero también pierdan la experiencia de compartir o competir.
Este nuevo estudio, realizado por la Universidad del Suroeste de Chongwing, y publicado en la revista Brain Imaging and Behavior, querían averiguar si la diferencia de los comportamientos tenía una base neuronal. También examinaron si los diferentes entornos familiares afectan al desarrollo estructural del cerebro de los niños. Todo en base a una política en el país asiático para controlar la población, que ha hecho crecer exponencialmente la cantidad de hijos únicos desde 1979.
Los investigadores analizaron a 250 estudiantes universitarios, siendo aproximadamente la mitad hijos únicos. Los expertos escanearon sus cerebros y al mismo tiempo pusieron a prueba su personalidad, creatividad y la inteligencia, con unos métodos ya preestablecidos.
Los hijos únicos solo superaron a aquellos que tienen hermanos en creatividad. Las exploraciones demostraron que las partes del cerebro asociadas con el desarrollo de estos rasgos son estructuralmente diferente en ambos.
Los que mostraron una creatividad más alta mostraron un mayor volumen de materia gris en el lóbulo parietal, una parte del cerebro asociada con la flexibilidad mental y la imaginación. También, los hijos únicos mostraron menos materia gris en la corteza prefrontal medial, una parte del cerebro conocida por estar involucrada en el pensamiento sobre sí mismo en relación con los demás.
Los investigadores afirman que esto demuestra que los diferentes entornos familiares afectan al desarrollo cerebral estructural de los niños.