El megalodón pudo extinguirse por no querer cazar presas grandes
Si fueras el tiburón más grande que jamás ha existido, puedes imaginarte que podrías ser capaz de devorar cualquier presa. Pero no fue así. Una nueva investigación ha revelado que el megalodon Carcharocles prefirió apresar pequeños animales en lugar de presas grandes. De acuerdo con los autores de un nuevo estudio, la preferencia del tiburón hacia las presas más pequeñas pudo haber conducido a este hacia su extinción.
Los investigadores examinaron las marcas de mordidas en los fósiles encontrados en las costas de Perú, donde descubrieron los restos de algunas ballenas enanas ahora extintas y criaturas de tamaño similar que tenían marcas que encajaban perfectamente con los dientes del megalodón.
Datado de unos 7 millones de años, el cráneo del espécimen contiene marcas que se parecen mucho a las técnicas utilizadas por los tiburones blancos para morder.
El hallazgo, descrito en la revista Peleogeography, Paleoclimatology and Paleoechology, muestra como los autores del estudio proporcionan claras evidencias en cuanto a las preferencias alimentarias en los megalodones, afirmando que una de sus presas preferidas era una antigua ballena miniatura llamada Piscobalaena nana.
Al igual que otros cetáceos igual de diminutos, P. nana vivía en aguas costeras cálidas y se extinguió hace unos 3 millones de años, cuando se inició un período glacial que causó que la temperatura del mar descendiera. En su lugar, las ballenas más grandes que se adaptaban mejor a las aguas más frías llegaron a dominar el ecosistema.
Dado que el megalodón se extinguió 400.000 años más tarde, los autores del estudio proponen que su incapacidad para atacar a estas ballenas de mayor tamaño pudo haber sido una de las principales causas por las cuales dejó de habitar el planeta.