Una expedición rusa en el ártico ha descubierto unos artefactos de una estación meteorológica secreta nazi. Se creó en la isla de Tierra de Alexandra, durante la Segunda Guerra Mundial.
Entre los objetos encontrados, datados de 1942, hay municiones, uniformes militares, instrumentos meteorológicos y artículos de índole personal; los expertos creen que los objetos tienen un gran valor, y también ayudarán a investigar el propósito y el destino de la estación.
«Antes sólo la conocíamos por fuentes escritas, pero por fin podemos decir que es real», afirma Evgeny Ermolov, investigador de la operación. «El cuero, la madera, los tejidos naturales y el plástico se han conservado bien por el clima. Los metales, por el contrario, con la influencia del frío y la humedad, no han perdurado; se oxidaron rápidamente».
«Basándose en las fuentes históricas, incluyendo las memorias de los miembros del grupo de meteorólogos alemán, hemos llevado a cabo un estudio de la estación. Ahora podremos reconstruir los acontecimientos y disipar los falsos mitos», afirma.
Por el momento, han podido confirmar que el papel desempeñado por la estación era la recopilación de datos meteorológicos para ayudar a los navíos y submarinos nazis. Su construcción ayudó a la elaboración de más de 700 informes en menos de un año.
Curiosamente, la estación fue destruida y abandonada debido a un caso de lombriz intestinal, cuando los trabajadores, hambrientos, comieron carne de oso polar. Los meteorólogos estaban tan mal que tuvieron que ser evacuados, y el campamento fue hecho añicos.
