Un conjunto de científicos y filósofos están planeando enviar mensajes al espacio con la esperanza de que las civilizaciones extraterrestres lo encuentren y lo escuchen. Creen que Proxima B, un reciente descubrimiento de un posible exoplaneta cerca de la estrella más cercana al Sol, es un buen punto de partida.
La Mensajería de Inteligencia Extraterrestre (METI), que es como se llama la organización, está comenzando a planear cómo serán los mensajes, con la intención de enviarlos el año 2018. Sin embargo, muchos otros astrónomos se oponen a la idea, planteando la cuestión de quién tiene el derecho de hablar en nombre de la Tierra.
En 1974, el radiotelescopio Arecibo envió un mensaje al cluster globular M13. En 1977, el famoso disco de oro con varios saludos en los idiomas del planeta fue enviado en la nave espacial Voyager. Sin embargo, estos hechos fueron más simbólicos que prácticos; la posibilidad de que los extraterrestres notaran una breve señal o encontraran un trozo de chatarra espacial de un tamaño pequeño era baja.
Pero el METI está enfocando más sistemáticamente el envío de estas señales. Han comenzado la recaudación de fondos para comprar un transistor de gran alcance, o para construir el suyo propio, para enviar señales con tanta energía como puedan reunir. Se llevarán a cabo dos conferencias este año para discutir qué debe contener el mensaje y dónde debe de ser enviado.
Hay obstáculos considerables para contactar con Proxima B, a pesar de ser el planeta más cercano con posibilidades de albergar vida. En el caso improbable de que haya una civilización avanzada, tendríamos que esperar ocho años entre enviar una pregunta y obtener una respuesta.
