¿Primero la metástasis y luego la formación del tumor? sí, es posible
Hasta hace poco creíamos que las células cancerígenas migraban desde el tumor primario hacia otros órganos mediante un proceso que llamamos «metástasis». Sin embargo, recientes hallazgos demuestran que, en algunos casos, el cáncer no evoluciona como teníamos previsto. Concretamente, se ha descubierto un mecanismo que permite a las células malignas de las mamas migrar antes de la formación del tumor primario. Estas células malignas migratorias son conocidas como “células del cáncer diseminadas” (DCC).
El mecanismo por el cual las células del cáncer diseminadas colonizan otros órganos también estaría presente en otros tipos de cánceres, como melanoma y páncreas, y conocerlo detalladamente es fundamental, pues podría ayudar a encontrar un modo de curar la enfermedad. Y es que este mecanismo podría explicar por qué hay pacientes que después de recibir un tratamiento, al cabo de unos años, cuando ya parecen curados, enferman de nuevo.
“Se pensaba históricamente que las células se volvían malignas y evolucionaban en un tumor primario. Algunas de esas células migraban hacia otros tejidos y órganos y hacían metástasis. Pero hace 11 años se encontró que los cambios no siguen esos pasos. Existen células malignas que pueden migrar antes de que se forme el tumor, o que migran de lesiones muy tempranas, que se consideraban incapaces de diseminar células cancerosas. La metástasis temprana estaba demostrada en cáncer de piel tipo melanoma y en cáncer de páncreas. Sin embargo, se desconocían cómo esas células se diseminaban tempranamente”, dice a Scientific American Julio Aguirre-Ghiso quien, junto con Soledad Sosa y Christoph Klein, descubrió el mecanismo de la metástasis temprana.
Todo los experimentos se realizaron con ratones genéticamente modificados para producir tumores de mama HER2 positivo (como se llama a los tumores con niveles anormalmente altos de la proteína HER2/neu).
El trabajo liderado por Aguirre-Ghiso, la Facultad de Medicina Icahn del Sistema de Salud Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, demuestra que la proteína HER2 inicia el proceso de diseminación de las células malignas. Esta proteína inhibe la capacidad de las células para mantenerse adheridas a sus células vecinas. Por otra parte, el trabajo liderado por Christoph Klein, del centro Investigación de Terapias y Medicina Experimental de la Universidad de Regensburg, prueba que la hormona progesterona estimula la producción de otras proteínas, las WNT. Estas últimas favorecen el movimiento y diseminación de las células DCC.
De modo que en la metástasis temprana intervienen dos tipos de moléculas que trabajan conjuntamente: la HER2, que impide a la célula mantenerse a adherida, y la progesterona, que favorece el movimiento de la célula.
Aunque los experimentos se hicieron en animales y con células humanas de pacientes con tumores de mama, “pensamos que la diseminación temprana es relevante en muchos tipos de cánceres. Porque ya hay evidencias de que ocurre en cáncer de páncreas y en melanoma, pero no sabía cómo era el mecanismo”, resaltó Klein. “Las diferencias entre cada cáncer necesitan ser exploradas por separado”, reconoció. Aunque admitió que “la transferencia del descubrimiento para los pacientes no será inmediato”, este desafía al dogma de que las metástasis surgen de células cancerosas que se diseminan cuando el tumor ya está grande. Por ello, “necesitamos otros acercamientos y medicamentos para prevenir la progresión de las células malignas por fuera del tumor primario”, dijo.
Estos hallazgos también dejan claro que las células diseminadas del cáncer (DCC) pueden migrar tempranamente y luego mantenerse dormidas por un largo tiempo. La quimioterapia elimina las células que se dividen de forma muy rápida, tanto las saas (como por ejemplo las del tejido capilar) como las cancerígenas. Cuando una célula permanece en estado latente no se divide, siendo, por lo tanto, inmune a la quimioterapia. Con ello, aun después del tratamiento, puede despertarse e iniciar la metástasis. Se espera que el descubrimiento de estas células DCC permita desarrollar métodos capaces de detectarlas y controlarlas antes de que inicien la metástasis. “A partir de los resultados, un objetivo es desarrollar marcadores moleculares que permitan detectar a las células del cáncer diseminadas en el paciente (…) se podría llegar a identificar a las células malignas que migran y duermen antes de formar metástasis a través de un test en cada paciente. Con herramientas específicas se podría trabajar en impedir que las células se despierten o en matarlas mientras duermen”, dice Aguirre-Ghiso.
También se está estudiando la posibilidad de diseñar tratamientos que combinen dos terapias, una para las células que proliferan en el tumor primario y otra para eliminar las células DCC que han migrado y permanecen dormidas.
Aunque todavía quedan muchas preguntas por responder. Según Aguirre-Ghiso, el próximo paso será precisar que células DCC dan origen a las metástasis (ya que no todas se despiertan), cuáles son las que cooperan con las “oleadas” de células malignas que llegan más tarde, qué mecanismos específicos regulan el estado de latencia (para poder atacarlos con fármacos o con inmunoterapia) y cuáles son los perfiles de expresión de las células malignas que migran (para determinar los marcadores que revelarían la presencia de estas células).
De acuerdo con Klein, “ahora se necesita comprender cómo las células malignas sobreviven en sitios distantes, cómo progresan, y qué hace que ellas se despierten. Si respondemos esas cuestiones, podremos prevenir las metástasis. Para muchos pacientes, si no hay metástasis, no habrá muerte por cáncer”.