Un camión autónomo, con hasta 30.000 dólares hardware y software, realizada por la empresa Otto, en San Francisco, ha entregado 50.000 latas de Budweiser.
Otto, que Uber compró el verano pasado por un valor de 680 millones de dólares, no quiere, aunque lo parezca, quitar puestos de trabajo; su tecnología funcionará sólo en la carretera extraurbana, donde no se tenga que lidiar con peatones, paradas constantes, bicicletas… mantendrá la distancia segura y cambiará de carril sólo cuando sea absolutamente necesario.
«La tecnología lo que quiere es hacer que los pilotos controlen el camión de otra manera no convencional» afirma Lior Ron; «durante el próximo par de años, seguiremos desarrollando la tecnología, por lo que es plausible que en ese tramo de tiempo podamos encontrarlo normalmente en la carretera».
El hardware de Otto funciona en cualquier camión con la inclusión de una caja de cambios automática. También, se incluye una detección de señales en la cabina y el remolque, un sistema de radar y una cámara de alta precisión que se coloca por encima del parabrisas.
En el interior, lo poco que puede modificar el humano son dos botones rojos, del tamaño de una moneda, que apagan el sistema autónomo (uno cerca del volante, otro en la cabina dormitorio detrás de los asientos).
La tecnología autónoma, afirman, hará que las carreteras más seguras. Cerca de 400.000 camiones chocan cada año en los Estados Unidos, acabando con la vida de 4.000 personas; en casi todos los casos, el error humano es el culpable. «Creemos que las tecnologías de auto-conducción puede mejorar la seguridad, reducir las emisiones y mejorar la eficiencia operativa de nuestros envíos», afirma James Sembrot, trabajador de Otto.
Actualmente, se está enfocando las siguientes actualizaciones en el suavizado de la aceleración y el frenado o mejorar el control de carril. Los objetivos a largo plazo incluyen la predicción del comportamiento de otros conductores, la navegación por zonas de constricción o hacer frente al cambio de tiempo repentino.
