¿Te arrancas compulsivamente los pelos? pues puede que padezcas tricotilomanía
En algunos casos, tirarse del pelo es un hábito inocente e inocuo, pero en otros, supone un problema psicológico importante asociado a mucho sufrimiento. Este último es el caso de la tricotilomanía, un trastorno caracterizado por el impulso irrefrenable y recurrente de arrancarse el pelo de distintas partes del cuerpo. La consecuencia más común es evidente: la calvicie.
La zona más castigada del cuerpo es, generalmente, el cuero cabelludo, pero también es frecuente arrancar el pelo de las cejas, las pestañas, la barba y del vello púbico. En un principio, los afectados tienen predilección por un único lugar, pero con el tiempo se suelen ir arrancando pelo de más sitios. Típicamente el pelo se arranca de uno en uno, aunque también se pueden arrancar en manojos. Y aunque algunas personas lo hacen de modo esporádico, otras pueden pasarse horas repitiendo esta conducta compulsivamente, lo que puede producir desde pequeñas pérdidas de cabello hasta una calvicie severa.
Según Rosario Linares, psicóloga clínica del centro El Prado Psicólgos, «Lo más usual es que al principio la persona intente ocultarlo para evitar el rechazo social; pueden producirse daños en sus relaciones interpersonales e incluso puede afectar en su desempeño laboral y estudiantil. La falta de control sobre sus impulsos les provoca una profunda vergüenza por lo que otros pueden pensar sobre su aspecto físico, lo que afecta gravemente a su autoestima».
Hasta hace poco la tricotilomanía era una completa desconocida y menudo, la llamaban un vicio, un hábito o un tic. Ahora, en el manual DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), consta como un trastorno del control de impulsos junto con la piromanía, la ludopatía y la cleptomanía. Todos estos trastornos se caracterizan por una fuerte sensación de tensión antes de ejecutar el acto en sí (la manía), seguida de una gratificación o alivio una vez que éste se ha llevado cabo. La diferencia entre estos trastornos está precisamente en el acto en sí, que puede ser incendiar (piromanía), jugar (ludopatía), robar (cleptomanía) o, como no, arrancarse el pelo (para los despistados, aclarar que es la tricotilomanía).
Según el DSM-IV, la tricotilomanía afecta a cerca del 4 %de la población mundial, entre ellos la mitad son niños. Aunque se estima que la prevalencia es mayor, ya que el 60% de los casos podrían no estar diagnosticados.
Tricotilomanía y otros trastornos
Curiosamente, aunque afecta a un porcentaje de la población considerable, se desconocen sus causas; sin embargo se ha visto que suele ir asociada a sucesos estresantes y personalidades obsesivas. También se sabe que afecta más a las mujeres que a los hombres, y que existe un fuerte componente genético. Un gran porcentaje de personas con tricotilomanía sufren otros trastornos como déficit de atención, hiperactividad, onicofagia (comerse las uñas), dermatilomanía (pellizcado y rascado compulsivo de la piel), tricofagia (ingesta de pelo), trastorno obsesivo compulsivo, síndrome de Tourette o depresión.
Suele haber un fuerte componente de estrés asociado. En ambientes libres de estrés, algunos individuos no presentan síntomas, aunque esta condición suele a volver a manifestarse cuando vuelven a darse las condiciones que les producen ansiedad.
A menudo, por su aspecto deteriorado, son objeto de burla o desprecio por parte de otros individuos, algo que suele provocar problemas de autoestima y miedo a socializarse. Por eso, algunas personas con tricotilomanía usan sombreros, pelucas, pestañas postizas o delineador de cejas.
Además, debido a la escasa información, la mayoría de afectados creen que son las únicos que padecen este trastorno, otra razón más para sentirse como un «bicho raro». Por eso, un grupo de chicas latinoamericanas y españolas que padecen tricotilomanía han elaborado este vídeo: