El volcán de hielo de Ceres
La imagen típica de un volcán es la de una forja de fuego, creando un paisaje lleno de explosiones y rojo. Aún así, algunas montañas están hechas de hielo, aunque no lo parezca, con el agua haciendo el papel de la lava. Estos «criovolcanes» se han encontrado en Plutón y en varias lunas de nuestro sistema solar, y un estudio publicado en Science confirma que también las hay en el planeta enano Ceres.
Escondido en el cinturón de asteroides situado entre Marte y Júpiter, Ceres tiene 945 kilómetros de ancho y constituye un tercio de la masa de todo el cinturón de asteroides, haciéndolo el objeto más grande de dicha región. Dawn, la sonda que envió la NASA a investigar a Vesta y a Ceres, ha hecho su descubrimiento más increíble hasta la fecha. «La actividad criovolcánica de Ceres y la composición de su criomagma se suma a la diversidad geológica del Sistema Solar», afirman los investigadores en su estudio.
Por medio de la sonda enviada al cinturón de asteroides, un equipo de científicos de la NASA dirigido por Ottaviano Ruesch, estudiante postdoctoral en el Centro de Vuelo Espacial Goddard, analizó una protuberancia en la superficie del planeta enano. Inicialmente se creía que era una montaña llaada Ahuna Mons, per se dieron cuenta que su estructura era ligeramente diferente a otras montañas de la zona.
Su forma es simétrica, y cuenta con numerosos hoyos dentro de su pico. Los cráteres y la forma en que están alineados muestran que la «montaña» se formó en muy poco tiempo, geológicamente hablando (quizá unos cientos de millones de años).
Descartando así cualquier rasgo tectónico que pueda catalogarlo como montaña, el equipo llegó a la conclusión de que debió de ser creada de una forma muy similar a como se originan los volcanes en nuestro planeta, con la diferencia de que el «magma» es una mezcla viscosa de agua, hielo, y sal de cloruro.