Antes de comenzar el artículo, queremos avisar de que la imagen que encontrarás más abajo puede herir la sensibilidad, sobre todo porque estuvo en dicho estado durante tres meses.
Lo que verás más abajo es el cuerpo consumido de Hiroshi Ouchi, de 35 años, que sufrió un terrible accidente en la planta de reprocesamiento de uranio en Tokaimura, al noreste de Tokio, donde trabajaba. La causa del accidente fue la precipitación de una solución de nitrato de uranilo, que contenía 16,6 kg de uranio, en un depósito de precipitación, inferior o igual a su masa crítica, el 30 de septiembre de 1999. Tres trabajadores fueron expuestos a increíbles cantidades de radiación de rayos de neutrones.
El micro-segundo durante el cual esos rayos impactaron a través de su cuerpo, hizo que Hiroshi estuviera sentenciado. La radiación destruyó completamente los cromosomas de su cuerpo.
De acuerdo con el libro Llamada a una muerte lenta: 83 días enfermo de radiación, escrito por la televisión NHK, al llegar al Hospital Universitario de Tokio, el señor Ouchi apareció relativamente bien para alguien que acaba de ser sometido a altos niveles de radiación, e incluso fue capaz de conversar con los médicos. Todo hasta que su piel comenzó a caerse.
A medida que la radiación en su cuerpo comenzó a romper los cromosomas dentro de sus células, la condición de Hiroshi empeoró.
El nipón se mantuvo vivo durante un periodo de tres meses, a pesar de su piel ennegrecida y llena de ampollas. Su órganos internos fallaron y perdió 20 litros de fluidos corporales cada día. Al menos, no fue consciente de prácticamente nada, ya que se le mantuvo en coma durante la mayor parte de ese tiempo.
Los médicos observaron la reacción del cuerpo de Hiroshi a cada momento, para tratar de entender así como reacciona un cuerpo a la radiación. Trataron de utilizar remedios para mejorar la condición física del enfermo, con trasplantes de células madre, injertos de piel y transfusiones masivas de sangre.
Como se mencionó anteriormente, se le mantuvo con vida durante 83 días.
