¿Cómo borrar recuerdos dolorosos?
¿Recuerdas el flash de la película «Men in Black» con el que podían borrar la memoria de los demás? Pues ahora, un grupo de investigadores ha descubierto una forma mucho más barata y menos complicada para borrar memoria no deseada. De acuerdo con un nuevo estudio que aparece en la revista Psychonomic Bulletin and Review, la clave para olvidar dichos recuerdos podría estar en un simple cambio de la forma de pensar sobre el «contexto» que rodea nuestras memorias.
Dicho «contexto» puede ser algo difícil de definir; pero en esencia, se refieren a todo lo que rodea a un evento en particular, y según los autores, tiene una enorme influencia sobre cómo el cerebro «organiza y recupera» los recuerdos. Por ejemplo, si has tenido una mala experiencia tras beber demasiado tequila, entonces es probable que la sola idea de echarte un trago desentierre los recuerdos desagradables de esa experiencia.
Si bien podría ser un ejemplo un tanto «ligero» ya que, al fin y al cabo, la culpa sería de aquel que ha bebido, las personas que tienen experiencias muy dolorosas pueden desarrollar trastorno de estés postraumático (TEPT), mediante el cual ciertos contextos hacen que se revivan recuerdos dolorosos. Si los pacientes pueden aprender a disociar estas memorias contextuales, puede ser posible aliviar el trastorno de estrés postraumático.
Para comprobar si esto es posible, investigadores de la Universidad de Princeton y Dartmouth College sometieron a una prueba de memoria a un grupo de voluntarios, en la que se les mostró una lista de palabras, ya sea para memorizar u olvidar. En medio de la visualización de cada palabra, se les mostró una imagen de un paisaje natural, como una montaña o un bosque, a sabiendas de que iban a asociar automáticamente la memoria de las palabras con este contexto.
Durante la prueba, los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional para observar la actividad de cerebral de los participantes, teniendo en cuenta los patrones neuronales que se produjeron a medida que se codificaban estas imágenes contextuales.
Luego se pidió a los sujetos que trataran de recordar las palabras, mientras que los investigadores midieron, una vez más, su actividad cerebral. Los resultados mostraron que a aquellos que se les dijo que recordaran la lista tendían a reproducir los mismos patrones neuronales asociados al contexto al recordar dichas palabras, lo que indica que la memoria y su contexto se habían entrelazado en sus cerebros.
Sin embargo, aquellos que no recordaron la lista no repitieron este patrón neuronal cuando intentaron recordar las palabras, lo que sugiere que el evento y su contexto no se habían ‘enredado’ en sus mentes.
El investigador principal, Jeremy Manning, explicó en un comunicado que este proceso es similar a «pensar en la cocina de tu abuela si no quieres acordarte de ella». Habiendo identificado esto como un mecanismo para olvidar, espera ver su obra utilizada como plataforma para desarrollar nuevas terapias para la memoria.
«Por ejemplo, podríamos querer olvidar un evento traumático, como los soldados con trastorno de estrés postraumático. O es posible que desee obtener información antigua ‘fuera de nuestra cabeza’, así que podemos aprender nuevo material», dijo.