Nuevo estudio sobre el cachete educativo. ¿Sí o no?
La idoneidad sobre el cachete educativo como técnica disciplinar de los padres suscita un debate, sin dudas, apasionado. Sin embargo, un nuevo estudio de cinco décadas de investigación sugiere que, además de los efectos psicológicos en los niños, puede ser un gran precio a pagar por los padres.
La medición de los efectos del cachete educativo es difícil, ya que suele ir acompañado de otras formas de castigo; pero en un estudio publicado en el Journal of Family Psychology, la doctora Elizabeth Gershoff reunió en un estudio los efectos de castigar físicamente a 160.927 niños. «Nuestro análisis se centró en lo que la mayoría de personas reconoce como un pequeño azote en absoluto abusivo, un pequeño impacto sea en la nalga o en las extremidades».
«Encontramos que los azotes se asocian con resultados perjudiciales, y no crea un mayor cumplimiento inmediato o a largo plazo de lo que se demanda al niño, que es un resultado esperado por los padres cuando tratan de disciplinar a sus hijos», dijo Elizabeth. Además, mostró que los adultos que en su día recibieron el cachete educativo eran más propensos a sufrir problemas mentales y comportarse de manera asocial; cuanto más a menudo recibe el niño la cachetada, más probable es que muestre dichos efectos.
Suecia prohibió los cachetes en 1979, y en Canadá se está formando un revuelo ya que se quiere adoptar la misma decisión. Mientras, en Nueva Zelanda, un referéndum con una oposición del 88% rechazó la aplicación de una ley ‘anti-cachetadas’, después de que «ninguna investigación muestre, decentemente, los efectos negativos del cachete educativo».