Cinco alimentos que creías que eran malos
Las guías nutricionales, sus directrices, y las recomendaciones dietéticas cambian a medida que salen a la luz nuevas investigaciones. Puede ser difícil mantenerse al día sobre los alimentos que son saludables y los que no, y por eso te traemos cinco alimentos que han pasado de ser ‘malos’ a ‘buenos’.
1. Huevos.
Durante mucho tiempo, se pensaba que los huevos eran malos para el corazón, ya que se creía que aumentaba el colesterol malo. Sin embargo, durante los últimos 20 años, la nutrición y la investigación médica ha demostrado que, si se consume sin excesos, influye muy poco en el aumento del nivel de colesterol.
Aunque está llevando cierto tiempo, los expertos en nutrición están corrigiendo las afirmaciones sobre el huevo y otros alimentos (como el hígado de pollo o el marisco) y su relación con el colesterol. Cabe recordar que son una excelente fuente de proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales.
2. Margarina.
La historia de la margarina y la mantequilla es, probablemente, una de las más confusas de la historia de la alimentación. El origen de la margarina, hecho de grasa vegetal, se remonta a mediados de 1800. Desde ese momento, ha reemplazado a la mantequilla en la mayoría de países desarrollados. Esto se vio impulsado por el menor precio de la margarina en comparación con la mantequilla, así como de las recomendaciones de profesionales de la salud de ingerir menos grasas saturadas con el fin de prevenir enfermedades cardíacas.
Si bien alejarse de las grasas saturadas demostró la disminución de las enfermedades coronarias, los investigadores identificaron una relación independiente entre las grasas trans (una grasa que se utiliza para hacer margarinas) y las enfermedades coronáreas.
La industria alimenticia salió al corte para producir margarina sin grasas trans desde hace años. Sin embargo, todavía hay confusión entre los consumidores en cuanto a si consumirla es perjudicial o no. La respuesta corta es ‘no’, siempre que esté etiquetado como alimento sin grasas trans.
3. Patatas.
Las patatas es uno de los pocos vegetales que siempre ha estado en duda. Como es un alimento de alto índice glucémico, tienden a ser agrupado con los alimentos elaborados a partir de hidratos de carbono refinados. Sin embargo, son una fuente rica en hidratos de carbono, vitamina C, vitaminas B y minerales.
Lo importante es la forma en que las preparas, sobre todo por el almidón. Cocinar y enfriar las patatas aumenta la cantidad de almidón, que actúa como una fibra dietética que «resiste» a la digestión, lo que podría tener un impacto positivo en las bacterias intestinales.
4. Lácteos
Los alimentos lácteos, como la leche, la mantequilla, el yogur y el queso, es para muchos considerado un alimento básico. Pero los patrones de consumo han cambiado, en parte, debido a ciertos mensajes que afirman que la lactosa es perjudicial para la salud.
Los aspectos positivos de los lácteos son su alto contenido en proteína y calcio. Y su variedad de productos te permite elegir el nivel de grasas por porción (yogures desnatados, queso light…), lo que teóricamente lo hace ser un alimento, prácticamente, perfecto.
A pesar de que sí es cierto que hay alimentos lácteos que son altos en grasas saturadas, el consumo regular de productos lácteos no tiene por qué ser una preocupación si el consumo total de calorías y grasa es el adecuado.
5. Nueces (y frutos secos en general)
Las nueces suelen tener una mala reputación en aquellos que buscan perder peso, pues es un alimento con alto nivel calórico y en grasas. Sin embargo, estudios recienten afirman que los frutos secos crudos son clave para una dieta saludable, y mantener tu peso corporal. De hecho, el British Journal of Nutrition mostró que el consumo de frutos secos crudos reduce la probabilidad de ataques al corazón, otras enfermedades coronarias y muerte súbita cardíaca.
Aunque aún está en curso la determinación de qué componentes de los frutos secos son los que promueven estos resultados positivos para la salud, sí conocemos sus beneficios nutricionales: contienen proteínas, grasas saludables (bajas en grasas saturadas y altas en monoinsaturadas y poliinsatuadas), fibra dietética y micronutrientes.