El ocho por ciento de tu ADN es ajeno, ya que está compuesto por un elemento no humano: fragmentos virales. El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, revela que somos aún «menos humanos» de lo que se pensaba: diecinueve piezas de ADN viral se ha descubierto dentro de nuestro genoma. Eso sí, los fragmentos virales se esconden dentro del genoma de cualquier cosa en la Tierra que tenga mandíbula y una médula espinal.
Los retrovirus tienen su código genético en forma de ARN, a menudo considerado como el precursor primitivo del ADN. Estos virus infectan a sus células huésped mediante la inserción de una réplica de ADN de su propio ARN. El VIH es un ejemplo de un retrovirus contemporáneo que infecta a los humanos de esta manera.
Algunos han estado infectando a nuestros antepasados durante cientos de miles de años. Fragmentos de este ADN se mantuvieron dentro de los genomas de nuestros antepasados, que han sido copiados y transmitidos de generación en generación. Estos se conocen como retrovirus endógenos humanos, o ‘HERV’.
Para descubrirlo, analizaron el genoma de 2.500 personas de todo el mundo, y se compararon a una referencia genética digitalizada creada por los científicos que actuaba como una muestra representativa del genoma de nuestra especie.
Los investigadores encontraron 19 nuevos HERVs, añadidos a los 17 previamente identificados por otros estudios. Uno de los nuevos no fue un mero fragmento de genoma, sino que todo un genoma completo. Esto hace que sea un «provirus», y es sólo el segundo que se sabe que existe dentro de los humanos.
Algunos HERVs han sido adoptados por nuestros cuerpos para ser útiles, entre ellos uno que ayuda al embarazo. Este HERV, en particular, ayuda en la construcción de una capa de células que protegen el feto con el fin de detener las toxinas de las sangre de la madre.
Ya que a menudo son una parte integral de nuestra biología, la caza de estos HERVs es esencial para la investigación médica.
