Armas láser para 2023
Los soldados del ejército de Estados Unidos pronto podrían estar tomando el campo de batalla con armas láser, según portavoz militar. En declaraciones a un comité de la Cámara de Representantes, Mary J. Miller, subrecretario adjunto de Investigación y Tecnología del Ejército, afirmó que las pruebas están en curso para determinar las capacidades de este tipo de armamento, y podrían ser desplegadas ya en 2023.
Inventado el año 1960, los láseres trabajan emitiendo un gran número de fotones, que trabajan a la misma longitud de onda, a diferencia de la luz visible, que comprende fotones con distintas longitudes.
Sin embargo, mientras que los láseres ya son funcionales en un gran número de aparatos de uso cotidiano, tales como lectores de CD, la energía necesaria para generar rayos láser que sean capaces de destruir un objetivo es tan grande que se considera imposible desarrollar un arma que utilice esta tecnología. A mediado de los años 90, por ejemplo, la Fuerza Aérea de Estados Unidos intentó crear un arma láser que utiliza energía de una reacción química como entrada de alimentación energética principal, pero era tan grande la cantidad necesaria de productos químicos que el arma sólo podría ser cargado por un Boeing 747.
Más recientemente, sin embargo, se ha hecho un progreso significativo: la fibra óptica, que amplifica la potencia emitida por las entradas eléctricas, generando así grandes cantidades de energía dentro de una unidad relativamente compacta.
Esto ha llevado al desarrollo de nuevas armas láser, sobre todo para el uso de la Fuerza Aérea y la Marina, incluso con este último desplegando un cañón láser a bordo de uno de sus buques de guerra en el Goldo, capaz de derribar aviones no tripulados y pequeñas embarcaciones.
La creación de nuevas unidades de láser compacto también permitió al ejército americano comenzar a hacer pruebas de cañones láser de alta potencia montados sobre vehículos terrestre blindados, que pueden ser utilizados para detonar minas sin explotar, entre oras cosas.
Según Miller, las armas de soldados podrían pasar la fase de prueba para su despliegue dentro de los próximos siete años. Aunque, insisten que el ejército está procediendo con cautela y no autorizará su uso hasta que todas las pruebas necesarias sean completadas. «Los lásers se han ‘prometido’ desde hace mucho tiempo, pero nunca se ha entregado lo que se pidió, por lo que hay gente escéptica, y con razón. Por eso estamos llevando a cabo el láser en entornos operativos y poniéndolos a prueba», afirmó.