¿Pueden dos personas repoblar la Tierra?
Las situaciones postapocalípticas en que un chico y una chica suelen ser habituales en las historias de ciencia ficción. Pero, ahora, trasladaremos esta situación a la vida real.
Supongamos que, por un asteroide, el cambio climático o un supervolcán acaba con prácticamente toda la vida humana en la Tierra, salvo para dos humanos: un hombre, y una mujer. ¿Podría sobrevivir la humanidad?
La respuesta es un «tal vez…», con la única certeza de que la pareja sobreviviente va a estar muy, muy ocupada.
Esta situación de extinción prácticamente total de una especie es habitual en la naturaleza, y se le conoce por el nombre de ‘cuello de botella’. Algunas especie, como el vegetal diente de león, son rápidas recuperándose de los cuellos de botella. «Una semilla de diente de león en su jardín produce miles de semillas de diente de león que son genéticamente idénticos haciendo que se propaguen de forma exponencial», explica Nolan Kane, profesor de genómica en la Universidad de Colorado. Pero los seres humanos no somos dientes de león, requerimos de nueve meses para reproducir a un humano.
En situaciones de cuello de botella, Kane afirma que opciones limitadas pueden causar serios problemas. Se llama el efecto fundador. Cuando un grupo pequeño se aísla de la población, algunos rasgos se transmiten a toda la población resultante de ese aislamiento: un ejemplo son los Amish de Pennysilvania, donde son comunes las situaciones de polidactilia (dedos adicionales en pies o manos), o los habitantes de la isla de Pingelap, en el Pacífico, que tiene un 5% de residentes daltónicos.
Por lo tanto, si el único varón superviviente es celíaco por genética, lo que le impediría comer gluten, conllevaría a una nueva raza humana con una dieta sin carbohidratos. En el caso de que el repoblador llevase una enfermedad mortal en sus genes, la Tierra se vería vacía de humanos.
«Hay una razón por la que tenemos leyes contra el incesto», afirma Jeff Wall, profesor asistente de epidemiología y bioestadística en la Universidad de California, en San Francisco. «Cada vez que tenemos un niño, hay una pequeña posibilidad de que las cosas puedan ir mal genéticamente. Esa probabilidad aumenta sustancialmente si hay menos individuos genéticamente diversos con los que aparearse. Si todo el mundo estuviera fundado por dos personas, tendría que haber una ‘lotería genética’ para que todos estuvieran sanos y salvos».
Así pues, parece difícil que dos personas puedan repoblar la Tierra en un supuesto caso de apocalipsis. Aún así, sigamos dejando volar nuestra imaginación.