Una investigación presentada en la Sociedad Química Americana (American Chemical Society), en Boston, declara que se ha encontrado un método para poder arrancar el CO2 de la atmósfera y convertirlo en un producto útil: nanofibras de carbono. Dicen que, utilizando este proceso en un área de un tamaño aproximado al 10% del desierto del Sáhara, se podría reducir los niveles de CO2 en la atmósfera a 10 años vista a niveles parecidos en los encontrados años anteriores a la Revolución Industrial. Dicha investigación también fue publicada en la revista en línea Nano Letters.
El proceso para conseguirlo es bastante complicado: se utilizan dos electrodos (níquel y acero) en un baño de carbonato de litio previamente fundido a una temperatura de 750ºC. El CO2 se disuelve cuando se somete tanto al calor como a la corriente continua de los electrodos, y tiene un porcentaje de efectividad de entre el 80 y el 100%. Las nanofibras de carbono se acumulan en el electrodo de acero, y es entonces cuando puede ser removido. Lo mejor del proceso es que no hay productos de desecho.
Las nanofibras de carbono tienen muchas funciones posibles, tales como la construcción de edificios o las baterías con una duración superior. Crearlas es muy costoso, y esa investigación podría abaratar costes de producción con el añadido de ayudar a cuidar al medio ambiente. Según Stuart Lich, de la Universidad de Washington, la tonelada de fibras de carbono se vende por un precio aproximado a los 25.000 dólares. «Esta solución podría rebajar el precio de las nanofibras de carbono a los 1.000 dólares por tonelada; así pues, sería viable tanto económica como medioambientalmente».
El sistema de extracción puede ser alimentado gracias a paneles solares. Los rayos de Sol impactarían con el panel solar, y esta energía sería aprovechada para producir calor y derretir así el litio. Así pues, un lugar cálido como el desierto del Sáhara o el de Mojave serían lugares ideales para poner en marcha una versión a gran escala de este proceso.
