Para ducharse, ¿agua fría o agua caliente?
Tomarse una ducha es uno de los pequeños placeres de la vida. Llegar a casa del trabajo o del colegio y meterse a la bañera para relajarte o reflexionar acerca de tu día o tus cuestiones personales, es algo que a muchos nos encanta. Ahora que empieza a llegar el frío, una buena ducha de agua caliente te deja relajado y te quita esa sensación helada de tu cuerpo. En verano, cuando la calor aprieta, no hay nada mejor que darse una ducha rápida de agua fría y refrescarte. Pero hay gente que se ducha con agua caliente o fría indistintamente de la época del año en la que nos encontremos. Hoy, repasamos qué beneficios aporta cada tipo de ducha.
Las duchas con agua caliente son más beneficiosas que las frías si tu propósito es ‘higienizarte’, pues limpiará la grasa de nuestra piel de una manera más eficaz, y abrirá los poros ayudando a eliminar toxinas. Si tu propósito es relajarte, que sepas que el agua caliente también te será más beneficioso, pues nos produce sensación de bienestar y de tranquilidad, siendo un buen rival para combatir al insomnio y para relajar tus músculos si has tenido un día intenso de trabajo.
Si estás resfriado, el vapor resultante de la ducha con agua caliente ayudará a descongestionarte, y el resultado será mayor si te haces una ducha con jabón con eucalipto o menta.
El agua fría, en contraparte con el agua caliente, en vez de darte una sensación de relajación te ayudará a despejarte y a sentirte más activo. También, mejora la circulación de los músculos, lo que es beneficioso a la hora de terminar de hacer ejercicio.
Una ducha fría también es beneficiosa si te sientes algo triste, y también ayudará a mejorar tu sistema inmunitario. Además, el agua caliente puede llegar a irritar la piel si le aplicas una temperatura muy alta, pudiendo salir ronchas y rojeces por todo el cuerpo; una ducha de agua fría mejora la salud de la piel y del cabello.
Para finalizar, cuando nos aplicamos por primera vez agua fría tendemos a descontrolar nuestra respiración, lo que nos ayudará a saber relajarnos sabiendo aplicar técnicas de respiración profunda.
Como puedes ver, ambas duchas son beneficiosas para la salud; ahora, cuando vayas a decidir qué tipo de ducha vas a hacer, ¡compara los beneficios que te puedan aportar!