¿Por qué soplamos las velas en los cumpleaños?
Cada año celebramos nuestro cumpleaños y añadimos una vela más que soplar en nuestra tarta. Es una tradición que nos ha acompañado desde que tenemos memoria, y hoy trataremos de analizar su origen, aunque hay diversas fuentes que dicen tener un origen distinto.
Hay una corriente que defiende que el origen de soplar las velas se encuentra en la Antigua Grecia, donde se tenía la costumbre de ofrecer unos dulces redondos a Artemisa, la diosa de la Luna, representando el ciclo lunar. Sobre estos dulces, se colocaban unas velas encendidas para que los adeptos las apagasen y que el humo llegase al cielo y poder contactar así con la diosa. También, pedían un deseo para que el humo se lo transportara y se lo hiciese llegar a Artemisa.
También, otras leyendas cuentan que un círculo de velas formaba parte de un ritual para protegerse de los malos espíritus durante un año: el fuego y la luz representaban la vida y, por lo tanto, tener velas en la tarta de cumpleaños simboliza un llamamiento a la continuación de la vida.
Cuando el cristianismo se propagó, el cumpleaños y sus celebraciones se consideraron celebraciones paganas ya que la costumbre cristiana era celebrar los días de la muerte de los santos y no su nacimiento. Pero esta prohibición se fue disminuyendo con la celebración de la Navidad, y la gente reanudó la tradición tanto de festejar cumpleaños como de soplar las velas.
Y tú, ¿qué deseos pides cuando soplas las velas? Tranquilo/a, que no nos chivaremos.