El delantero que marcó más goles que Pelé
Cristiano Ronaldo y Messi son las dos grandes estrellas del inicio del siglo XXI. Han roto récords que estaban por batir desde hace muchos años y todo apunta a que algunos más se llevarán a sus bolsillos. Pero hay un récord que parece que se les puede resistir, y es el del jugador con más goles marcados de la historia.
Oficialmente, este mérito recae sobre Pelé, ex-jugador brasileño mundialmente conocido y que comparte con Maradona o Di Stéfano el honor de ser uno de los tres mejores jugadores de la historia del fútbol, al menos hasta que los dos jugadores que hemos nombrado al principio de la noticia se retiren; entonces, haremos cuentas. Pero como decimos, por el momento se le considera como tal.
Uno de los méritos que obtiene para tener tal consideración es la facilidad que tenía para marcar gol. Tanto arriba tanto abajo, 1.284 goles son los que anotó ‘O Rei’ en sus veinte años de carrera futbolística; pero aunque muchas fuentes apunten al jugador brasileño como el mayor anotador de la historia, se equivocan. Un compatriota suyo, que por desgracia no comparte tanto renombre como Pelé, tiene el título de mayor goleador de la historia del fútbol.
1.329 goles en 1.239 partidos. Esa es la increíble cifra que tiene Arthur Friedenreich: más de un gol por partido. Ni FIFA ni la Federacón Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS) se ponen de acuerdo en la cantidad de tantos que anotó Arthur, pero pese a ello, a juzgar por las crónicas y los archivos de la época, y las imágenes y los datos que se conservan, consideraremos al señor Friedenreich como uno de los olvidados de la historia del deporte rey.
Arthur se crió en un barrio humilde, en Bixiga, situado en pleno centro de São Paulo, mayor ciudad de América en la actualidad y localizada hacia el Sur del país brasileño. En las calles de aquel pobre barrio empezó a dominar la pelota como ninguno de sus compañeros y empezó a destacar a temprana edad. El año 1909 fue contratado por el SC Germânia, club de la ciudad natal de Friedenreich. Triunfó en el campeonato paulista, liga regional brasileña que se centra en la ciudad de São Paulo y del cual fue pichichi tres veces, y su olfato goleador se trasladó a la selección brasileña.
La gran capacidad goleadora que poseía Arthur, mezclado con el poco rigor informativo que había a principios de siglo XX, dio lugar a multitudes de mitos acerca de este jugador, como el hecho de que nunca falló un penalty, o que un aficionado le prometió ciertas cantidades de dinero por cada gol anotado en un partido y a la media parte le pidió clemencia o le arruinaría.
Pero el partido más complicado lo protagonizó fuera de las canchas. Un año antes de su nacimiento, en 1892, en Brasil se abolió la esclavitud, situación que tuvo que soportar su familia ya que sus abuelos eran siervos. Aunque la ley promulgó la abolición, en la sociedad el estigma todavía estaba propagado y Arthur sufrió las consecuencias. Inclusive, hubo unos años en los que Epitacio Pessoa, presidente brasileño, prohibió a cualquier jugador de color representar la ‘canarinha’.
Aún así, no fue impedimento para que Friedenreich fuese aclamado por todo Brasil y que ayudase así a romper las desigualdades raciales y unir lazos entre las personas de color negro y las de color blanca.