El chocolate negro produce muchos beneficios en nuestra salud siempre que lo tomemos con moderación. Previene enfermedades del corazón, aumenta el colesterol bueno, mejora la visión, disminuye la presión arterial, refuerza el estado de ánimo…
Siempre se ha relacionado la ingesta de chocolate con la producción de acné, que afecta a entre un 80 y un 90 por ciento de la población adolescente occidental. Descubramos qué tiene de mito y qué de real esta afirmación.
Hay múltiples factores que favorecen la aparición del acné: estrés, genética, dieta o edad. Durante la primera mitad del siglo XX se consideraba una verdad científica el asunto que estamos tratando hoy, de hecho se pensaba que las personas que sufrían acné eran intolerantes a la glucosa, y recomendaban no consumir chocolate para reducir el acné del paciente.
El año 1969 se intentó rebatir esta afirmación con la ayuda de los científicos J.E. Fulton, G. Plewig y Klingman A.M, junto con 65 pacientes con diferentes niveles de acné, a los que se dividieron en dos grupos; a los integrantes de un grupo se les administró una barra de chocolate diaria que contenía diez veces la cantidad normal de cocoa, mientras el otro grupo recibió una barra sin la cantidad extra. Todos los participantes al experimento tuvieron que comer una barra de chocolate diaria durante un mes, hacer un descanso de tres semanas, y después intercambiar la barra de chocolate con el otro grupo, concluyendo en los resultados que no había ninguna alteración en las pieles de los pacientes.
En el año 2011, Samantha Block quiso volver a comprobar dicho experimento pero realizado de una manera más profesional y moderna, ya que los resultados del experimento del año 69 no le convencían demasiado, ya que no utilizaban barras de chocolate 100% puro y porque sólo se consideraba como agravio un empeoramiento superior al 30%; es decir, si un paciente empeoraba o mejoraba su acné al 25%, dicho cambio no era anotado por considerarlo insignificante. Así pues, reunió a diez voluntarios varones de entre 18 a 35 años (quiso descartar a voluntarias femeninas por el efecto de los ciclos menstruales sobre los niveles hormonales, pudiendo producir acné) a quienes eran susceptibles de sufrir acné, pero sin tener brotes masivos. Les administró diversas cantidades de chocolate, porque también quería comprobar si el acné variaba según la cantidad de cacao ingerido, y examinó el acné de los pacientes al cuarto y séptimo día del experimento. Samantha descubrió un aumento de acné en los rostros de los participantes en proporción a la cantidad de chocolate ingerido.
Para confirmar su experimento, más adelante les administró cápsulas con polvo 100% de cacao o un placebo, encontrándose también con un aumento de las espinillas de los pacientes. «Todo parece indicar que el chocolate sí empeora el acné entre los varones de 18 a 35 años», afirma Samantha Block.
Así pues, el chocolate no produce acné pero sí lo empeora. Por lo tanto, cuidar tu dieta es importante si sufres de este molesto problema dermatológico.
