9 consejos probados científicamente que te ayudarán a estudiar
Estamos a mediados de septiembre y prácticamente todos los estudiantes ya han empezado las clases. Los hay que se organizan mejor y van con más soltura, y los hay que prefieren dejarlo todo para las últimas fechas, pero el objetivo de todos es el mismo: sacar la mayor nota posible. Pero, ¿existe algún método científico que nos ayude a la hora de estudiar? Sí, podemos sobrellevar mejor los exámenes con la ayuda de la ciencia, y os enseñamos cómo hacerlo.
1. No lo dejes todo para el último día: Investigadores han descubierto que el cerebro asimila mejor pequeñas sesiones de estudios en diferentes días. Por lo tanto, será mejor invertir sesiones de media hora durante las semanas anteriores que estar 10 horas estudiando los dos últimos días. La razón es que el cerebro humano tiene una mejor sinapsis para aprender en pequeñas y repetitivas sesiones. Esto también se explica el por qué cuando hacemos una actividad extraescolar (tenis, natación, música…) lo hacemos en sesiones de una hora durante tres días a la semana, por ejemplo, en vez de una única sesión semanal.
2. Estudiar por la noche tampoco te beneficia: Aunque para muchos estudiar la noche anterior sea un ritual, está demostrado que no te ayuda en absoluto. Tras una noche de estudio nocturna, el razonamiento y la memoria se ven reducidos durante cuatro días completos. Por lo tanto, hacer un pequeño calendario por el día o durante la semana hace que tu cerebro cree una rutina y estudiar se vuelve más fácil porque tu cerebro se acostumbra a hacerlo durante esas horas.
3. Leer, releer y volver a releer…mejor te damos otra alternativa: Muchos de nosotros hincamos los codos delante del libro o de los apuntes, subrayamos lo importante y empezamos a leer, volver a leer, releer…hasta que nos hartamos de ver siempre lo mismo. Se ha descubierto que esto no ayuda demasiado a la hora de comprender los temas ni a relacionarlos entre ellos, incluso puede ser perjudicial ya que te puede llevar a prestar más atención a temas que no tienen tanta importancia. Para ello, las ‘flashcards’ pueden ser muy útiles. Consiste en hacerte diversas tarjetas con una pregunta delante y la respuesta detrás. Esto ayuda ya que, cuando nuestro cerebro lee una pregunta, inmediatamente empieza a hacer asociaciones con el material que leerá más adelante y así aprendemos de una manera más rápida y de mayor calidad.
4. Debes de ponerte objetivos a la hora de estudiar: Cuando estudies una materia, escoge un objetivo en el que focalizar tu estudio; así, tendrás una motivación extra a la hora de invertir tu tiempo y te será más divertido.
5. Enseñar ayuda más que ser enseñado: Puede parecer un tanto extraño, pero ayuda más enseñar que recibir la información. Cuando algo te cueste, intenta explicárselo a otra persona; cuando tratas de transmitir una información, tu cerebro la organiza y la comprende mejor.
6. Practica: Haz ejercicios, exámenes anteriores… cuando las corrijas, verás dónde estás equivocado y te ayudará a memorizar la información nueva para así no equivocarte de nuevo cuando estés delante del examen, a parte de ayudar a tu confianza.
7. ¿Dónde debo estudiar?: Tener un lugar único para estudiar es lo ideal. Prepara un lugar de tu casa exclusivamente para estudiar, ve a la biblioteca… si tienes una zona donde únicamente estudies, tu cerebro asociará estar allí con la práctica que vas a hacer, lo que ayuda a la concentración. Y por cierto, llévate únicamente el material que vayas a necesitar para evitar distracciones.
8. ¿Música sí, música no…?: Aunque estudios anteriores afirman que estudiar con música clásica puede ayudar, investigaciones recientes contradicen con la anterior y concluyen que estudiar con ritmos o ruidos de fondo puede ser perjudicial para tu concentración, y que por lo tanto es mejor no tener música al estudiar para focalizarte mejor en tu objetivo.
9. Manten lejos, muy lejos tu móvil: Tómate este último consejo muy en serio. Los mensajes y las notificaciones de tus redes sociales obviamente decrecerán tu concentración. Y tampoco vale poner el móvil en silencio o en modo avión; la tentación siempre estará ahí y acabarás mirando tu teléfono consiguiendo que te distraiga. ¿Lo mejor? Apágalo y déjalo fuera de tu vista o, mejor incluso, ponlo en un sitio donde tengas que levantarte y caminar para cogerlo.