Hay una teoría llamada panspermia que sostiene que la vida en la Tierra es de origen extraterrestre llegando a través de meteoritos o cometas. Sus argumentos son algo controvertidos y han generado varios debates con el paso de los años, así que un equipo de investigadores se ha puesto manos a la obra y ha intentado corroborar la teoría de la panspermia. Dicha investigación ha sido aceptada para su publicación en The Astrophysical Journal Letters.
Un grupo de astrofísicos de Harvard, dirigidos por Henry Lin, especula en que podrían (enfatizando en el ‘podrían’) haber diversos ‘oasis’ de vida dispersos por el espacio y gracias a ellos nació la vida en nuestro Sistema Solar. Para probarlo, dicen que tendrían que ser capaces de rebobinar el movimiento de todas las estrellas de la galaxia. Si se encontrasen otros mundos que albergan vida con un mismo origen, podrían demostrar que la panspermia sería posible.
«El objetivo no es desarrollar la panspermia. El objetivo es que no sabemos cómo puede suceder, o incluso si sucedió, y nos tenemos que preguntar si en unas décadas podremos demostrar esta hipótesis con experimentos. La respuesta, es sí».
Lin afirma que si nos fijamos en una porción del cielo y encontramos que allí hay vida, mientras que otras porciones carecen de ella, podría ser una prueba de que se ha extendido de forma selectiva en vez de ser puro azar.
Pero todo esto depende de un problema evidente: encontrar vida en otros planetas. Por el momento, solo tenemos el ejemplo del planeta Tierra, desde donde extrapolamos todas nuestras teorías. Lin insiste en que «encontraremos algo interesante muy pronto», y señaló que los próximos telescopios como el Telescopio Espacial James Webb podrían encaminar la refutación o el rechazo de la panspermia observando los planetas y las estrellas.
