¿Cómo se descafeína el café?
Aunque un exceso de café pueda ser perjudicial para la salud, están más que demostrados muchos de sus beneficios: nos mantiene despiertos cuando lo necesitamos, es uno de los pocos quemagrasas naturales (en pocas dosis), contiene nutrientes esenciales, disminuye el riesgo de diabetes, protege al hígado de la cirrosis…
La cafeína es uno de los elementos del café que más buscamos que actúe cuando lo tomamos, ya que la cafeína actúa en nuestro sistema nervioso y nos estimula.
Pero, hay algunas personas que no quieren que la cafeína actúe en su cuerpo ya sea por problemas médicos, porque no nos queremos estimular o porque simplemente queremos disfrutar del sabor del café sin sentirnos más acelerados. Para ello tenemos el café descafeinado, pero, ¿cómo se consigue descafeinar el café? ¿Cómo se quita uno de los ingredientes clave?
Antes de todo, el café descafeinado tiene un sabor similar porque lo que le dota de gusto al café es el tueste del grano. Así pues, el descafeinado del grano tendrá lugar cuando esté aún está verde. Para ello existen diferentes métodos que han ido perfeccionándose con el paso del tiempo.
Tratamiento con agua: granos de café humedecidos se empapan en agua mezclada con extracto de café verde, y un fenómeno de osmosis (difusión entre dos líquidos o gases capaz de mezclarse) atrae la alta concentración de los granos del café puro hacia los granos de café verde. Una vez descafeinados, los granos se secan con aire caliente y ya están preparados para producir café.
Proceso de cloruro de metileno: los granos verdes se humedecen con agua para que la superficie se vuelva porosa y se dejan en remojo en cloruro de metileno hasta que la cafeína se haya diluido. Después, el disolvente es eliminado con un evaporador y más tarde los granos se lavan. Tras esto, los granos de café se secan y ya están disponibles para su uso.
Tratamiento con dióxido de carbono: se hace circular dióxido de carbono entre los granos, dentro de tambores que funcionan a una presión de entre 250 a 300 atmósferas. A estas presiones, el CO2 adquiere propiedades similares a las de un fluido y mantiene la capacidad de difusión de un gas, lo que le permite introducirse en los granos y eliminar la cafeína, que después es canalizada a través de un filtro vegetal que la absorbe.