Para darse un buen chapuzón con profundidad no necesitamos ir mar adentro, nos lo podemos dar sin siquiera llegar al mar y con la comodidad de las instalaciones de un buen hotel. La piscina más profunda del mundo, certificada por el libro Guinness de los Récords, es parte de lo que ofrece un SPA italiano, el Hotel Millepini, ubicado en el resort turístico Montegrotto Terme, en la pequeña ciudad italiana de Abano Terme, cerca de Venecia.
Se trata de la Y-40 Deep Joy y no es una piscina tradicional, pues tiene un pozo cuya profundidad alcanza los 42 metros, ocupando un espacio que perfectamente podría albergar un edificio de 12 pisos.
Diseñada por el arquitecto Emanuele Boaretto, atrae a los aficionados al buceo y al descenso por apnea, la disciplina por excelencia de los atletas acuáticos, cuyo increíble control pulmonar les permite durar varios minutos en la profundidad del agua.
Unos 4.3 millones de litros de agua termal de manantiales locales la alimentan, lo que permite a los buzos nadar sin necesidad de los trajes comúnmente usados en lagos o aguas abiertas, ya que la temperatura del agua se mantiene templada.
Cuevas subacuáticas para que los buzos entrenen, acumulando paisajes submarinos y un túnel suspendido transparente que les permite a los espectadores ver a los buzos en acción, completan este sitio para un chapuzón con profundidad, singular.
Inaugurada a principios de 2014, es un atractivo para sumar visitantes a los ya anteriormente atraídos por las termas y los baños de barro de la región. Ubicados en una pequeña comuna de 19.000 habitantes, en la Provincia de Padua, Italia.
Un desafío para buceadores o para quienes, simplemente, quieren darse un buen chapuzón con profundidad y, en cambio, una pesadilla para quien, por ejemplo, se le deslice el anillo de compromiso.
