El delfín rosado amazónico: una criatura legendaria de la jungla
De las cinco especies de delfines que habitan en los ríos, la más popular es el delfín rosado, también conocido como Boto o delfín del río Amazonas. Estas criaturas amistosas y sociales han vivido por siglos en el Amazonas, adquiriendo adaptaciones que les han permitido prosperar en ese hábitat; así que, los delfines rosados, en ciertos aspectos, son diferentes a los delfines marinos; de hecho los delfines de río y los de mar pertenecen a familias diferentes. Los delfines oceánicos pertenecen a la familia Delphinidae, mientras que los delfines de río pertenecen a la familia Platanistoidea. El nombre científico de los delfines rosados del Amazonas es Inia geoffrensis.
Se desconoce si su coloración rosada corresponde a alguna adaptación evolutiva o si les aporta algún beneficio. Lo que sí se sabe es que adquieren esta coloración gracias a la presencia de unos capilares sanguíneos cutáneos (en la piel) muy superficiales. Los delfines rosados varían su color entre tonos rosas, gris claro o marrón y adquieren el color rosado cuando están excitados o sorprendidos, algo similar a lo que nos ocurre a los humanos cuando nos ruborizamos.
Con una longitud comprendida entre 2 y 3 metros de largo (cuando están completamente desarrollados), los delfines de río son más pequeños que los delfines de mar, pero tienen el hocico más largo, una adaptación que les permite encontrar alimentos en el fondo de río. Su dieta incluye cangrejos, pez gato, peces pequeños de río y tortugas pequeñas.
Poseen una característica que les sirve de ayuda para cazar en aguas poco profundas y en las llanuras inundadas. Se trata de sus vértebras cervicales que, a diferencia de las de los delfines marinos, no se encuentran fundidas, dotándolos de una movilidad cervical inusual en los delfines (pueden mover cabeza hasta 180 grados).
Además estos cetáceos tan particulares albergan, en los extremos de sus aletas, apéndices similares a dedos y su aleta dorsal está reducida a una especie de chepa.
Los delfines rosados son considerados sagrados en la mayoría de culturas tribales, también brujos o seres semi-divinos benignos. Existe un sinnúmero de leyendas y mitos entorno al delfín rosado amazónico. Las leyenda más extendida (en la Amazonia peruana y brasileña) cuenta que por la noche se transforma en un apuesto y atractivo hombre, que seduce e insemina a las mujeres; luego retorna al río y adopta su condición de delfín nuevamente.
En estas culturas aborígenes cuando nacen niños con espina bífida (defecto de nacimiento que no permite el desarrollo normal de los cráneos, asemejándose éstos al orificio de respiración de los delfines), se suele decir que la madre ha sido inseminada por un delfín.
Sin embargo, a pesar de su condición de criatura sagrada y mágica, el delfín rosado no ha conseguido librarse de las redes de pesca, polución y centrales hidroeléctricas. Han sido clasificados, por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), como especie amenazada en peligro.
El aumento en los niveles de contaminación de mercurio ha causado e incrementado el número de muertes en la población de los delfines rosados, especialmente cerca de las minas de oro donde el mercurio se utiliza como parte del proceso de extracción de oro.