¿Qué es la megarexia?
Aunque es menos conocida que la anorexia nerviosa o la bulimia, la megarexia tiene idénticas y nefastas consecuencias para la salud. La megarexia representa el lado opuesto de la anorexia: las personas que la sufren se ven a sí mismas sanas y delgadas cuando en realidad, padecen obesidad. Las grasas, el «fast food» o los postres hipercalóricos son su pan de cada día. Lo más alarmante de esto es que este trastorno es todavía más común que la anorexia: se estima que por cada anoréxico hay diez megaréxicos.
Si las personas que padecen anorexia se miran al espejo y se ven obesas, aunque se les marquen los huesos bajo la piel y sufran una delgadez límite, a los megaréxicos les ocurre exactamente lo contrario: no son capaces de percibir su exceso de peso, encuentran su físico agradable y no sólo no se preocupan por la línea, sino que se atiborran de comida poco saludable, como dulces y grasas. Son obesos malnutridos, que cada vez comen más y peor. Tampoco hacen ejercicio y suelen llevar hábitos de vida poco saludables; lo que conduce, con el tiempo, a una grave y preocupante carencia de vitaminas o minerales. Como mínimo puede llevar al paciente a padecer anemia, pero también puede causar la muerte.
El déficit de nutrientes provoca una alteración en la bioquímica del cerebro (como en la anorexia), por lo que los megaréxicos no son conscientes de que padecen una enfermedad. Evitan fotografiarse a sí mismos e ir de compras a tiendas de ropas para seguir negando la realidad. Esta dinámica de autonegación puede resultar en conductas hostiles hacia ellos mismos y los demás.
El nutricionista español Jaime Brugos fue quien dio el nombre de megarexia a este desorden del comportamiento alimentario. Se trata, en realidad, de una distorsión en la percepción de su propia imagen corporal y, por lo tanto, es un problema de origen psicológico que tiene como consecuencia el aumento de peso y la malnutrición en aquellos que lo padecen.
Además, teniendo en cuenta que la obesidad es una enfermedad en ascenso en la actualidad, es posible que existan muchos individuos con sobrepeso que sean megaréxicos no diagnosticados y que acaben convirtiéndose en obesos. Según los cálculos del Dr. Brugos pueden haber cinco millones de megaréxicos sin diagnosticar en España.
La forma de prevenir de una manera generalizada este trastorno es establecer desde la niñez un estilo de vida saludable en el que los niños jueguen y se alimenten de una forma equilibrada intentando evitar productos hipercalóricos.