El café más caro del mundo en las heces de la civeta.
Originiario de Indonesia, el café más caro del mundo se llama Kopi luwak (café de civeta), su coste medio por kilo ronda los 900 euros y es obtenido a partir de los excrementos de la civeta asiática, un pequeño mamífero parecido a un mapache. Las bayas de café forman parte de la dieta natural de la civeta, que sólo digiere la pulpa depositando unas heces altamente concentradas en granos de café. La industria cafetera argumenta que, aunque el grano no es digerido, sí que es modificado químicamente por las enzimas presentes en el estómago de la civeta, que añaden un sabor único al café.
Este lujoso producto es elaborado, principalmente, en las islas de Sumatra, Java y Bali. El proceso se basa en alimentar a estos mamíferos a base de los frutos de las plantas del café y recoger después las semillas (el grano) de entre las heces del animal. No se puede utilizar ningún otro animal, pues únicamente las civetas poseen, en su tracto digestivo, las enzimas específicas clave que rompen las proteínas responsables del típico sabor amargo del resto de variedades de café. Los granos recolectados son lavados y tostados sólo ligeramente, para no estropear los complejos sabores que se han desarrollado durante el proceso.
En el pasado, los productores de kopi luwak recogían las heces de las civetas en el bosque, sin embargo, desde hace unos cuantos años, la elaboración de este café se ha industrializado, un paso que ha propiciado la explotación de estos animales en granjas y con ello, una creciente polémica.
La activista Ashley Fruno, de la organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA), afirma que: «es una industria casi sin regulación. Hay poblados en Indonesia en los cuales toda la población está involucrada en la producción del café de civeta, cada familia suele tener de 10 a 20 animales enjaulados».
El mamífero se alimenta de manera esporádica de bayas de café cuando está en libertad pero, al ser capturado por los fabricantes, consume en un mes los granos de café que comería en todo el año. Además, son hacinados en jaulas, privados así de la compañía del resto de su especie. «Esas condiciones causan que los animales desarrollen deficiencias nutricionales, pierdan su pelaje y sean proclives a sufrir enfermedades», afirma la activista .
Claro está, los intereses económicos están por encima de todo, pues en las capitales de medio mundo el precio de una taza de esta «delicatessen» oscila entre los 74 y 123 dólares. De fuerte aroma e intenso sabor con notas de caramelo y vainilla, el café de civeta se ha hecho un hueco entre los paladares más exquisitos de países europeos, Japón o Estados Unidos; no obstante, en Indonesia no tiene mucho éxito entre la mayoría de los consumidores y es producido básicamente, para exportarlo.