La hormiga plateada del sahara, científicamente denominada Cataglyphis bombycina, habita las zonas más calientes del desierto del Sahara, cuyas temperaturas ascienden a 60 grados. Esta especie se encuentra sin duda, en el límite de temperatura entre la vida y la muerte. Estas hermosas hormigas se desplazan por la arena a una velocidad de 1m por segundo (una hazaña sin precedentes en el reino animal), generando así una corriente de aire bajo su abdomen que las refresca. Sus patas, especialmente adaptadas para andar por las calientes arenas del desierto, son mucho más largas que las de una hormiga normal para mantener el cuerpo, de esta manera, a la mayor distancia posible del suelo, cuyas temperaturas pueden alcanzar los 70ºC.
También adoptan una marcha quadrapedal, manteniendo sus dos patas delanteras, las más cercanas a la cabeza, levantadas lejos de la arena.
Sólo salen del nido 10 minutos. Durante ese tiempo, más que cazar, recolectan los cuerpos de insectos achicharrados por el calor, aunque a falta de cadáveres también pueden cazar. Al contrario que el resto de animales, la hormiga plateada permanece a la sombra de su madriguera hasta que las temperaturas se vuelven insoportables para otras especies, entonces es cuando emerge a la fiesta de los cadáveres de insectos que han sucumbido al calor del desierto. Su llamativo color plateado las ayuda a reflejar los rayos del sol y a evitar así absorber tanto calor. Una adaptación increíble a lugares con temperaturas extremas.
Sus depredadores principales son los lagartos. Aunque estos reptiles no soportan temperaturas superiores a 52 ºC , lo que supone una ventaja para las hormigas plateadas. Cuando acerca el mediodia, las hormigas exploradoras vigilan hambrientas, a los lagartos y alertan a su colonia cuando éstos se refugian del calor en sus madrigueras. Entonces toda la colonia, cientos de hormigas, aprovechan para salir en busca de comida. Luego, pasados sus 10 minutos de «recreo», vuelven a su madriguera que encuentran orientándose por la posición del sol.
