Pareciera como si algunos seres se atrajeran instintivamente con otros, como en una especie de ritmo armónico que los conecta. La experta en tiburones, Cristina Zenato, tiene este don; De hecho, desarrolló una técnica para acariciar diversos puntos alrededor de la cabeza y cara de los tiburones, induciendo un efecto llamado «immovilidad tónica». Un estado en el que el animal se detiene y se relaja. El masaje dura unos 15 minutos y durante ese periodo de tiempo, puede ser estimulado y tocado sin que reaccione, como si se hubiera quedado dormido.
La amante de los tiburones ofreció una rueda de prensa en el acuario de Sentosa, en Singapur, en la que explicó su voluntad de concienciar a la sociedad con una nueva campaña contra el consumo de la aleta de tiburón bajo el lema «He puesto fin a las aletas», en inglés «I’m FINished with FINS».
Decenas de millones de tiburón son pescados para suplir la demanda de sopa de aleta de tiburón, que está erróneamente asociada como muy saludable. Singapur es el mayor consumidor, y a pesar de que la población empieza a estar concienciada del impacto ambiental de este hábito, continúan consumiéndolo por presión social.
En el siguiente vídeo Cristina intenta acercar su mundo al público general, en un intento de alejar los malentendidos y mala imagen de estos animales. La experta explica el fenómeno de la inmovilidad tónica en los tiburones; Pero quizá lo más interesante de esta pieza es ver cómo esta chica, con su talento natural, parece atraer a los tiburones de forma hipnótica.
