Un equipo de investigadores independientes lograron inyectar con éxito en los ojos de un investigador voluntario, una solución que permite distinguir objetos en la oscuridad. Un equipo de biohackers conocido como Science for the Masses (Ciencia para las Masas), que investiga formas de modificar el cuerpo humano para mejorar su eficiencia, es el responsable de la investigación. El equipo publicó el jueves pasado, su revolucionario experimento en su página web.
La solución inyectada se basa en una sustancia llamada Clorina E6, presente en un pez de aguas profundas. Los animales que viven en las profundidades generalmente, poseen la capacidad de ver en la oscuridad gracias a la Clorina E6; ésta molécula fue probada en los ojos de Gabriel Licina, uno de los investigadores del proyecto, a quien le inyectaron con una aguja especializada, 150 milímetros cúbicos de Clorina E6 en cada uno de sus ojos. Todo ello, tras administrarle una serie de gotas de forma previa para preparar sus globos oculares. Una hora después de la intervención, Licina pudo ver durante seis horas y a oscuras, a una distancia de hasta 50 metros.
De esta manera, Glicina, investigador bioquímico anglosajón (en la fotografía), se ha convertido hace pocas jornadas, en el primer ser humano del mundo dotado de visión nocturna sin necesidad de un caro instrumento tecnológico
«En los últimos años se han encontrado diversos usos para ce6, el más notable es su aplicación en el saco conjuntival del ojo como un medio para facilitar la visión nocturna ya que mejora la visión de la luz tenue, por ejemplo, en las personas con trastornos visuales«. Afirmaban los científicos en la introducción de la investigación.
En el transcurso de los próximos meses, el equipo planea llevar a cabo una serie de pruebas más complicadas para mejorar esta tecnología y explorar sus límites. Y ve en esta técnica un gran potencial para mejorar la visión en adultos sanos que requieran realizar actividades en situaciones de poca luz
