La macabra Isla de las Muñecas ¿Te atreverías a visitarla?
La delegación mejicana de Xochimilco es conocida por su riqueza en paisajes y por sus agrestes y maravillosas islas, en su mayoría deshabitadas. Sus afortunados lugareños que conservan muchos rasgos de su cultura tradicional y herencia indígena, las llaman chinampas. Una chinampa es un método antiguo de agricultura y expansión territorial que, a través de una especie de balsas cubiertas con tierra, sirvieron para cultivar flores y verduras, así como para ampliar el territorio en la superficie de lagos y lagunas del Valle de Mejico.
Nombradas patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la belleza de las islas deja boquiabiertos a sus visitantes, pero esa positiva impresión pronto se convierte en terror al llegar a la Isla de las Muñecas: un lugar con cientos de muñecas usadas, decapitadas y desmembradas, colgadas de árboles, cañas o hilos de tender para «espantar a los espíritus malignos». El origen de este tétrico escenario es bien conocido y se trata una historia real.
Durante años se dedicó a recoger muñecas de la basura y a colocarlas estratégicamente por toda la isla
El dueño de esta macabra chinampa fue Julián Santa Ana por 50 años, hasta que falleció en 2001. Santa Ana se mudó a esta zona a mediados del siglo pasado y se dedicó al cultivo de cereales, hortalizas y flores, que todos los días vendía con su carrito en el pueblo más cercano. Llevaba un estilo de vida ermitaño y nunca hablaba más de la cuenta.
Cuando Julián recién llegaba a la isla, una joven se ahogó en sus orillas. Desde entonces oyó voces, pasos y lamentos de mujer. Convencido de que los espíritus malignos habían ahogado a esa mujer Julian decidió protegerse de su presencia con muñecas. Durante años se dedicó a recoger muñecas de la basura y a colocarlas estratégicamente por toda la isla creando así el escenario insólito que hoy da nombre a la isla.
Una tarde, mientras pescaba en la orilla donde aquella joven se ahogó décadas atrás, sufrió una insuficiencia cardíaca y cayó al agua. Fue encontrado muerto por su sobrino.
Desde que Julián falleció, su sobrino continúa con el legado a pesar de que muchos guías turísticos están en contra porque creen que ahuyenta a los visitantes que sólo van en busca de una reserva histórica y natural. Pero también es cierto que no son pocos los que van hasta allí sólo para conocer la tenebrosa y macabra Isla de las Muñecas de Xochimilco.