¿Cómo se forman las montañas?
Las montañas son elevaciones naturales del suelo de, como mínimo, 700 metros desde su base y se agrupan en Sierras o en unidades mayores, llamadas Cordilleras. Agrupadas en unidades pequeñas o majestuosamente grandes son, sin duda, las formaciones geológicas más espectaculares de nuestro planeta, sin embargo, conocemos muy poco acerca de su formación…
En la formación de montañas intervienen factores endógenos (internos) y exógenos (externos). La formación propiamente dicha de las montañas se denomina orogénesis y viene condicionada por factores internos, tales como las alteraciones de la capa terrestre y los movimientos en las placas tectónicas. En cambio los factores externos, es decir, los factores climáticos moldean la forma cónica de la montaña.
Las montañas se forman de modo general, por los plegamientos y deformaciones del relieve terrestre, que originan las placas tectónicas, al actuar o chocar entre ellas. Cuando 2 placas chocan, generalmente, una se pliega y se eleva, formando una montaña, mientras que la otra, se hunde hacia las profundidades de la Tierra. La placa que es forzada hacia abajo se derrite si sus bordes llegan hasta una profundidad con temperaturas lo suficientemente altas. La corteza derretida tiene tendencia a subir de nuevo hacia la superficie contribuyendo a la formación de volcanes y islas.
El factor externo principal responsable de la forma de la montaña es el agua, procedente de las lluvias o del derretimiento hielo que suele formarse en las cimas de las montañas. A medida que el agua va desciendo desde la cima hacia la base va arrastrando sedimentos y erosionado la montaña. Los sedimentos que va arrastrando el agua a lo largo de su camino, se van depositando en la base de la montaña, que adquiere, como consecuencia, esa típica forma cónica que tanto caracteriza las montañas.
Durante millones de años, esta erosión va desgastando la montaña hasta que, finalmente, desaparece.