Un síntoma habitual de los pacientes con demencia es la necesidad de salir a caminar sin destino, lo que llevó a los hospitales a encerrar a sus pacientes. Con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los enfermos Vonne Van Amerongen, una enfermera que trabaja con gente que padece Alzheimer, ideó un centro llamado «De Hogeweyk» o «la aldea de la demencia», donde los pacientes pueden comprar, cocinar y vivir en comunidad sin riesgo, dado que todo está controlado.
La aldea de la demencia construida en el pueblo de Weesp, Holanda, de algún modo se trata de una fortificación aislada del mundo: Está compuesta de edificios separados del exterior por paredes gracias a puertas y cercos de seguridad. Una vez dentro, reina la paz y el orden y es un mundo completamente autosustentable. Hay restaurantes, cafés, supermercados, jardines y bulevares. La idea, explican los creadores, es diseñar un mundo que se parezca lo más posible a la vida normal pero que a la vez no ponga en riesgo la integridad de los pacientes.
Esta curiosa aldea ofrece unos seis estilos de casas, que van desde “clase a alta” a “cultural” a “indonesio» y están diseñadas para representar valores culturales universales que la gente con demencia pueda reconocer. Cada departamento hospeda de seis a ocho personas, y los cuidadores de la aldea visten como ciudadanos normales, sin uniforme. Los pacientes pueden comprar lo que deseen de la verdulería, o cortarse el pelo en la peluquería, o ir a un restaurante.
Parece que otros países europeos (como Suiza) e incluso Estados Unidos han mostrado interés en importar este método experimental para tratar la demencia. Algunas críticas definen este método como «una forma extraña de negación masiva de la enfermedad». Por otra parte, Ítalo Calvino que recibe a los habitantes de la aldea, explicó que “Ellos ya han experimentado una noche como ésta, y fueron felices»
