En 1968, un fotógrafo de guerra llamado Donald McCullin salvó la vida gracias a su cámara de fotos, que le sirvió de casco.
Donald McCullin se encontraba en Camboya, en pleno combate armado y en busca de documentación, cuando se vio en el campo de tiro de un francotirador. Momentos antes del disparo, se llevó su Nikon F a la cara para realizar una fotografía y la bala impactó en el aparato, salvándole la vida.