Lienzos pintados por elefantes alcanzan cifras astronómicas en el mercado
Los elefantes del santuario de Maesa, en el poblado de Chiang Mai, Tailandia, son empleados para pintar cuadros, que luego se venden a precios muy elevados. En 2005 los cuadros titulados (por sus cuidadores) Cold Wind, Swirling Mist y Charming Lanna, fueron adquiridos en paquete por el empresario local Panit Warin por un precio de 39,000 dólares.
El Centro de elefantes fue fundado en 1976 para dar cobijo a las decenas de elefantes que iban siendo abandonados en Tailandia. La modernización hizo que sus legítimos dueños no pudieran mantenerlos, y el centro se convirtió en su nuevo hogar.
Cada elefante se vincula, de por vida, a un aldeano de la zona (que por supuesto se convierte en trabajador de la empresa).
Hoy día hay unos 60 elefantes, todos ellos perfectamente educados y dotados de una gran inteligencia y sensibilidad. Los trabajos más duros siempre los realizan los machos, ya que además de ser mayores poseen grandes colmillos que usan a modo de palanca (las hembras no los tienen). Las elefantes, son empleadas, como parte de una operación comercial turística, para pintar cuadros que alcanzan cifras astronómicas en el mercado.
Reconocidos expertos en la protección de los elefantes a nivel mundial indican que este centro es uno más de los centros que abusan de elefantes para que los turistas realicen excursiones sobre ellos o los vean actuar en espectáculos denigrantes. Imágenes aparecidas en televisión muestran a estos magníficos animales siendo forzados a tocar instrumentos, jugar a fútbol o «pintar» con la trompa.