Los delfines también deberían ser considerados personas
Comúnmente se define a una «persona» como aquel ser dotado de razón, que es consciente de sí mismo y que posee una identidad propia. Así al hablar de “persona” o “personalidad”, hasta el día de hoy nos referíamos exclusivamente a seres humanos. Sin embargo, en base a nuevas investigaciones es posible que pronto tengamos que aplicar este término a los delfines.
Recientes estudios han demostrado que los delfines son más inteligentes que los chimpancés, al menos según nuestros parámetros humanos de medición. Pueden reconocer su propia imagen en un espejo, pensar en el futuro y aprender por intuición. Además, atienden a un nombre individual que ellos mismos determinan. Por ejemplo, el delfín mular adquiere desde su más tierna infancia determinados pitidos que conservará durante toda su vida, y a lo largo de la misma, con dichos pitidos, él se dará a conocer a los miembros de su comunidad.
Todas estas capacidades son señales inequívocas de que tienen una inteligencia extraordinaria. Siendo sin embargo la inteligencia una cualidad aplicable hasta ahora exclusivamente a los seres humanos, de la misma forma que la capacidad para usar un lenguaje diferenciado. Y de hecho, un estudio de la científica australiana Elisabeth Haukes, de la Southern Cross University, ha revelado que les delfines usan un lenguaje diferenciado muy complejo para comunicarse, compuesto por 5700 pitidos diferentes (hasta ahora diferenciados).
Los diferentes pitidos están relacionados con diversas formas de relacionarse entre sí y métodos de comunicación entre ellos. Como los seres humanos en una conversación, los delfines muestran una gran tendencia a tomar turnos al vocalizar y según otros estudios, esos sonidos siguen las mismas pautas básicas de todo lenguaje humano, desde el código Morse hasta el chino.
Así pues tal y como defendieron los investigadores, los delfines tienen una percepción de sí mismos exactamente igual a la del ser humano, por lo que se les debería reconocer legalmente como personas. Con ello estos científicos intentan convencer a las autoridades de que creen un marco legal para que se les pueda reconocer el derecho a la vida, a la libertad y a la inmunidad física, con el fin de que se prohíban los crueles métodos de pesca y captura en los que anualmente mueren miles de animales.