Las tetracrómatas, las mujeres con una visión sobrehumana.
Concetta Antico, pintora y dueña de una galería de arte en California, descubrió, tras realizarse una prueba genética, que tenía la habilidad de distinguir colores y matices que los demás ni siquiera conseguimos imaginar, gracias a una mutación en un gen que influye en el desarrollo de la retina. Esta condición se denomina tetracromatismo.
Cuando Concetta Antico llevaba a sus alumnos al parque para una lección de arte, les solía preguntar acerca de los distintos matices que ella podía distinguir.
«Les decía, ‘Miren la luz en el agua: ¿pueden ver el rosado que reluce a través de la roca? ¿Pueden ver el rojo en el borde de esa hoja?'». Ellos asentían con la cabeza.
Años más tarde, un cliente, al ver sus pinturas excepcionalmente coloridas, le sugirió que contactara con investigadores que trabajaban con el tetracromatismo. Le realizaron una pruebas genéticas que le dieron positivo. Entonces se dio cuenta de que sus alumnos, no podían ver los colores que ella veía tan vívidamente y de que mentían por cortesía al asentir con la cabeza.
Si ponemos uno de sus cuadros frente a la escena real (como abajo) se puede intuir la variedad de tonos que ella aprecia en un paisaje en el que nosotros distinguimos apenas unos cuantos colores:
La palabra tetracromatismo se refiere a que la persona afectada tiene, en la retina, 4 tipos de fotoreceptores o conos en lugar de tres, como tienen la mayoría de las personas. Los conos son las células que nos permiten ver los colores del espectro visible. Las personas normales tienen tres tipos de conos, cada uno de ellos sensible a un color: rojo, verde o azul. Los tetracromatas tienen un cuarto cono para un color entre el verde y el rojo. Esta condición se debe a una mutación que afecta al cromosoma X por lo que se cree que puede ser exclusiva de las mujeres, quienes posen dos cromosomas X. Su caso está siendo estudiado desde hace años por el equipo de Kimberly Jameson, de la Universidad de California
La correspondiente combinación de genes no parece ser particularmente rara, ya que es posible que el 12% de las mujeres tenga cuatro conos diferentes, pero la mayoría de estas tetracrómatas no muestran una percepción tan extraordinaria como la de Antico, ya que no han sido entrenadas artísticamente.