El Axolotl, o también conocido como ajolote, habita en México y es una salamandra con propiedades muy extrañas. Esta peculiar especie al final del período larval no experimenta transformación alguna, sino que permanece siendo acuática y conserva por tanto, sus agallas. Debido a una carencia de hormonas encargadas de estimular la tiroides, pasan a ser adultos sin sufrir metamorfosis y permanecen toda su vida con aspecto de renacuajo, por lo que también se les conoce como Peter Pan del mar».
A simple vista, un axolotl es como una salamandra en estado larval, pero con una cabeza ancha y desprovista de párpados. Sus extremidades están poco desarrolladas, aunque posee unos dígitos largos y delgados. Sus dientes son primitivos y prácticamente invisibles.
Para respirar utiliza sus branquias externas. Los individuos pueden presentarse en 4 colores distintos. Las criaturas normales son de color marrón o negro con manchas blancas, las mutaciones son albinas o de color rosa pálido.
La propiedad más llamativa de los axolotles es su poder de regenerarse tras haber sufrido daños. Los axolotl no cicatrizan, sino que sustituyen todo el tejido dañado o perdido por uno nuevo. En algunos casos, la regeneración puede ser de órganos vitales, incluyendo partes de zonas tan delicadas como el cerebro.
Esta capacidad regenerativa constituye un instrumento muy importante para los científicos, que lo usan como organismo modelo a la hora de profundizar en los procesos regenerativos de los vertebrados.
Este tipo de animal se encuentra en peligro de extinción y debemos hacer todo lo posible por conservarlo.
