Como lees, los trajes de los astronautas pesan más de 120 kilos, en concreto 127 kg, un peso que en la Tierra sería imposible de soportar. Pero, ¿por qué ese peso es el correcto para un traje espacial?
Pues bien, los trajes de astronautas, aunque pesados, son confortables ya que protegen a los que lo ocupan de las temperaturas extremas a las que se pueden enfrentar, desde los -129 grados a los 121 grados centígrados.
Además, promueven el oxígeno y crean una atmósfera presurizada, es decir, que en el interior del traje se crea una presión con la que el ser humano pueda sobrevivir, si no se le hincharía la piel y los fluidos como las lágrimas o la saliva hervirían.
Por ello, bloquean los rayos del sol y el impacto de meteoritos u otras partículas, si no el hombre o mujer que se encontrara dentro, moriría.
