En el mundo animal es muy frecuente el infanticidio, el asesinato de los más jóvenes de una misma especie, ya sean sus propias crías o las de otros. Se da en una gran multitud de especies, como insectos, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, y en la mayoría de los casos los padres no solo matan a los cachorros, sino que los devoran.
Hay dos tipos de infanticidios distintos en el mundo animal, cuando los propios padres matan a sus crías, o cuando un individuo adulto mata a otras crías que no son suyas.
En el primero de los casos, suele estar relacionado con malformaciones u otras enfermedades en los pequeños. Esto les hace débiles y les lleva a una muerte temprana, por ello los padres prefieren matarlos ya que no merece la pena gastar recursos en criarlos. Otra de las razones es cuando hay mucha falta de alimento y corre peligro la vida de la madre y con ello de toda la camada. Es el caso de los osos y los perros salvajes, que suelen comerse a todos o algunos de sus hijos, para tener energía suficiente para criar al resto de los cachorros e incluso a sí mismos.
En el segundo caso, suelen ser razones de competencia, y el león es el caso más común. En las manadas de leones suele haber uno o dos machos dominantes que son los únicos que se aparean con las hembras. En el caso de que otros machos expulsen a éstos y se conviertan en dominantes, matan a todos los cachorros de los anteriores para que las hembras vuelvan rápidamente a tener un período de celo y así se aseguran que las nuevas generaciones lleven sus genes. Esto ocurre también en algunas especies de primates.
