Cuando Michael Jordan anotó 38 puntos jugando con 39º de fiebre
Hay momentos del deporte que nunca se olvidan. Pasan a la historia recordándose como verdaderas batallas épicas. Y una de ellas, es el día en el que e Michael Jordan anotó 38 puntos en una final, jugando con 39º de fiebre.
Los Chicago Bulls se plantaban en la final de la NBA con una temporada espectacular y con un Jordan como máximo anotador con 26,9 puntos por partido. Allí les esperaban los Utah Jazz, que llegaban con la segunda mejor marca de la Liga Regular.
Los Bulls hicieron valer el factor cancha, ganando los dos primeros partidos en el United Center. Pero la serie se trasladaba a Salt Lake City, donde los Jazz no perdían un partido desde el 23 de febrero y en el cuarto partido confirmarían la racha, empatando la serie 2-2.
Llegaría el quinto partido aquel 11 de junio de 1997 donde los Bulls tenían un gran problema. Su gran estrella, Michael Jordan, pasó la noche anterior muy enfermo y llegaba al partido muy mermado. Aun así, Phil Jackson no dudó en sacarlo de inicio junto con los integrantes habituales del quinteto titular, Harper, Pippen, Rodman y Longley.
Vimos a un Jordan nunca visto hasta ahora, muy cansando, casi sin poder correr y con muchos fallos tanto en defensa como en ataque. Se llegaba al descanso con un 53-49. A pesar de jugar con 39º de fiebre, Jordan había anotado 21 puntos.
Al falta de un minuto para el final, Pippen le pasa el balón a Jordan que marca aquel histórico triple a falta de 25 segundos para el final. Los Jazz piden tiempo muerto, y Jordan, completamente extenuado, apenas es capaz de seguir caminando. Apoyado completamente encima de su amigo Pippen, consigue llegar a duras penas al banquillo.
Dos canastas rápidas de Ostertag y Longley, y un tiro libre de Stockton, dejarían el marcador final en 88-90. Michael Jordan acabó aquel partido con 38 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias, 3 robos y 1 tapón. Todo ello con mucha fiebre y con una lección de superación que nunca se olvidaría.