El dolor es un síntoma desagradable para todo el que lo sufre en algún momento, pero sin él no podríamos vivir, ya que se trata de un mecanismo de defensa del cuerpo.
Si bien es cierto, aunque todas las personas sintamos dolor, no todas lo sentimos en el mismo grado. El dolor puede ser más soportable para unos que para otros. En él, además, influyen muchos rasgos culturales y psicológicos.
Según un estudio de la Universidad Wake Forest de Carolina del Norte, en Estados Unidos, cada sujeto tiene una sensibilidad diferente al dolor. En la investigación se analizaron varios cerebros con resonancias magnéticas, donde se pudo comprobar al someterles a un estímulo doloroso, que cada persona lo sentía con una intensidad diferente. Curiosamente, los que sentían un dolor más intenso eran las personas fumadoras.
La región del cerebro que recibe el mensaje doloroso de los nervios es el tálamo, y una vez esta señal alcanza el cerebro, cada individuo lo recibe de distinta manera, basándose en sus experiencias, emociones y sentimientos.
El dolor no solo se basa en el estímulo sino que es un proceso en el que intervienen muchos factores.
