Actualmente es imposible pensar que un hombre viva mucho más de 100 años e inimaginable que llegue a los 256 años. Según algunos artículos publicados en la revista Time y el New York Times en 1933 murió un hombre que gozaba de tener 256 años exactamente.
Se llamaba Li Ching-Yung. Durante toda su vida vio morir a 23 mujeres, y en el momento de su muerte tenía ya 180 descendientes. Este hombre aclaró que el secreto de su larga vida era:
“Estar sentado como una tortuga, dormir como un perro, caminar alegre como una paloma y mantener un corazón tranquilo”
Esta valiosa información la compartió con un soldado en la guerra y le insistió en que la paz y la tranquilidad de la mente fueron los secretos de su larga vida. Respecto a su dieta se basaba prácticamente en arroz y vino.
Respecto a su infancia se sabe poco, que nació en el lugar donde murió que aprendió a leer a los diez años y además que se dedicó durante 100 años a viajar buscando ierbas medicinales que después vendía. Se cree que parecía tener 70 años de edad.
La única conclusión razonable sería que tenía un cuerpo sobrehumano o que todas las historias son meras exageraciones.
