El trastorno bipolar es una de las enfermedades mentales más conocidas en el mundo. Pero la ciencia aún tiene que descubrir los mecanismos que rigen este mal, pese a que sólo el 2% de la población tiene este tipo de trastorno es una enfermedad altamente incapacitante. Las alteraciones de ánimo y carácter influyen gravemente en la vida de quien las padece.
Hasta ahora los científicos abordaban este trastorno desde un lado psíquico para diagnosticar la bipolaridad. Actualmente esta técnica está cambiando hacia una entrevista personal pero también pruebas de cognición, muestras de imágenes cerebrales y características de comportamiento.
Tomando una muestra de pacientes bipolares y de sus imágenes cerebrales se han comprado con las imágenes cerebrales de familiares que no padecen esta enfermedad, por media de pruebas cognitivas y comportamentales. De esta manera se puede detectar si e origen de la enfermedad es genético.
El quid de la cuestión está en el grosor de la materia gris en las paredes prefrontales del cerebro, lo que influye en el lenguaje y resolución de problemas. Aún estas investigaciones están en una etapa experimental pero es posible que gracias a ella los casos de bipolaridad crónicos puedan ser tratados con una terapia genética.
