En China, los huevos cocidos con orina de hombre son todo un manjar, de hecho, han sido calificados como patrimonio cultural de Dongyang. La sociedad china recolecta la orina que después utiliza para cocer los huevos, preferiblemente de niños de menos de 10 años. Huevos que son conocidos como «huevos de niño virgen».
La escuela primaria de este municipio dispone de habitáculos dedicados exclusivamente a recoger orina de los niños. La orina es el ingrediente clave para preparar los huevos, se remojan y se cuecen en un olla llena de orina de los pequeños varones.
No solo aseguran que este plato es un «manjar», sino también que tiene propiedades milagrosas para la salud, mejora la circulación y revitaliza el cuerpo. Se trata de una tradición transmitida de generación en generación.
