Si nos ponemos a pensar cuál es el ser vivo más grande del planeta se nos viene a la mente los antiguos dinosaurios o algunos animales marinos, pero estamos equivocados, este lugar los ocupa un hongo llamado Armillaria Ostoyae, o más familiarmente seta de miel.
Fue descubierto de forma accidental al intentar resolver el misterio de la muerte de grandes tipos de árboles en Washington.
Los investigadores vieron al talar los árboles heridos que en su interior había micelias, que es por donde el hongo se alimenta. Al analizarlos vieron que todos tenían el mismo perfil genético, por lo que pertenecía al mismo hongo. Es decir todas las micelias de 1.500 acres (alrededor de 6 km cuadrados) pertenecían al mismo organismo.
Se alimenta de los árboles dejándolos desnutridos, a los que más afecta son a pino y abetos, y es destructivo. Pero se ha encontrado una Amillaria Ostoyae mayor en de Malheur, en Blue Mountains perjudicando a 2.200 árboles, más o menos ocho kilómetros cuadrados de extensión.
Es imposible ver un ejemplar completo porque desgraciadamente vive bajo tierra, sólo podemos apreciarlo en otoño cuando en la superficie se ven unas setitas doradas que son comestibles, aunque su sabor no es de los mejores.
